Los turismos y furgonetas de más de 20 años de antigüedad tendrán prohibido de lunes a viernes circular por Barcelona y por los 40 municipios del área metropolitana, entre ellos Terrassa, a partir del 1 de enero de 2019. Un año antes, el 1 de enero de 2018, el veto se aplicará sólo en los episodios de elevada polución.
Son los dos principales acuerdos alcanzados ayer en la Cimera de la Qualitat de l’Aire, un pacto institucional sin precedentes que pretende reducir un 30% las emisiones vinculadas al tráfico en el plazo de 15 años, cumpliendo así los niveles recomendados por la OMS. En la misma participaron el conseller de Teritori i Sostenibilitat, el egarense Josep Rull, representantes de la Diputació de Barcelona, del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), de los ayuntamientos y las entidades del transporte.
Las medidas para mejorar la calidad del aire adoptadas los últimos años han logrado reducir la presencia de partículas en suspensión, pero no los niveles de dióxido de nitrógeno. "La mala calidad del aire que respiramos es un problema que nos interpela a todas las administraciones públicas a tomar decisiones drásticas y obtener resultados tangibles", afirmó ayer el conseller Rull.
Las medidas restrictivas afectarán a 106.018 turismos (un 7% del parque móvil) y a 22.049 furgonetas (un 16% del total). A la prohibición de circular también se verán sometidos los vehículos que no hayan recibido la etiqueta de la DGT.
Por lo que respecta a las motocicletas, se espera a que la Dirección General de Tráfico concrete los criterios de etiquetaje en función del impacto atmosférico de estos vehículos.
En los próximos meses se aprobará un protocolo que detallará las acciones que llevará a cabo cada administración en caso de alerta por contaminación. El acuerdo prevé que cada municipio aplique restricciones más estrictas si los niveles de polución lo aconsejan.
El protocolo se firmará antes de julio y concretará medidas medioambientales como la implantación de zonas urbanas de atmósfera protegida en el interior de las ciudades, zonas de baja emisiones en las rondas de Barcelona y/o la creación de una zona metropolitana de bajas emisiones. Además, está previsto reforzar el transporte público y la implantación de un título del transporte específico para captar nuevos viajeros.
En los episodios ambientales se recomendará reducir los desplazamientos obligados, evitar las horas punta y apostar por el transporte público. Las Generalitat anunció ayer que, para evitar la congestión, aplicará flexibilidad horaria a su personal, una medida que se intentará trasladar a las grandes empresas y se debatirá también con los sindicatos, anunció Rull.
Tarjeta verde metropolitana
Las restricciones vendrán acompañadas de medidas que persiguen incentivar la renovación del parque de vehículos y la sustitución por coches, furgonetas y camiones no contaminantes.
Los propietarios que den de baja o desballesten un vehículo ligero diesel fabricado antes de 2005 o uno de gasolina o gas anterior a 1996 tendrán acceso a la Tarjeta Verde Metropolitana. Con ella disfrutarán de 3 años gratuitos de transporte público en todos los servicios de la ATM, aunque con una condición. Siempre que durante ese periodo de 3 años no compren ningún vehículo nuevo.
La Generalitat, la AMB y el Ayuntamiento de Barcelona estudiarán la creación de un peaje por congestión en el ámbito de las 40 ciudades del entorno metropolitano. También valorarán el incremento del precio de los carburantes para financiar la mejora tarifaria del transporte público y la aplicación de la T-Mobilitat, que el próximo año sustituirá los 88 títulos actuales.
De las medidas acordadas en la Cimera per a la Millora de la Qualitat de l’Aire en la connurbación de Barcelona se beneficiarán de forma directa 4,3 millones de personas de las 4 comarcas que conforman el denominado Ámbit-40 (Barcelonés, Baix Llobregat, Vallès Occidental y Vallès Oriental).
Se espera que el veto al vehículo privado reduzca considerablemente los niveles de polución en la primera y segunda coronas metropolitanas y de forma más indirecta beneficie también a los ciudadanos de Osona, Bages, Anoia, Maresme, Alt Penedés y Garraf.
"Es importante el intangible que hemos sido capaces de conseguir, la confianza y la complicidad de todas las administraciones públicas -dijo ayer el conseller de Territori i Sosenibilitat Josep Rull-. Lo que hacemos hoy es muy potente porque lo hacemos juntos, porque con las decisiones coordinadas tenemos mucha capacidad de transformar de verdad la calidad de vida de la gente". A diferencia de lo que se ha hecho hasta ahora, con el nuevo acuerdo "ya tenemos calendario, actuaciones concretas y razonables".