La gestora del PSOE y la ejecutiva del PSC aprobarán mañana el acuerdo que pone fin a la crisis de relación entre ambos partidos, abierta en octubre por la decisión de los catalanes de votar contra la investidura de Rajoy, desobedeciendo el mandato de abstenerse que tenían del Comité Federal.
El texto lo rubricarán esta semana en Madrid el presidente de la gestora, Javier Fernández, y el primer secretario del PSC, Miquel Iceta y será ratificado por el próximo Comité Federal.
La principal novedad es que los afiliados catalanes que quieran participar en las primarias que se celebrarán en mayo para elegir al secretario general del PSOE deberán incorporarse a un censo electoral “específico” que se creará para el 39 Congreso.
El acuerdo también institucionaliza como órgano de resolución de problemas la comisión bilateral que ha negociado este acuerdo y fía que las relaciones que establezca el PSC en el ámbito de Cataluña serán objeto de debate en esa comisión y en los propios órganos del PSOE.
La crisis abierta hace cinco meses con los socialistas catalanes alcanzó tal magnitud que en diversos sectores del PSOE se planteó la posibilidad de romper las relaciones que mantiene desde 1978 con su partido hermano.
El propio Iceta llegó a plantear públicamente que las posibilidades eran cuatro: mantener el protocolo de unidad de 1978, copiar el modelo de los democristianos alemanes de la CDU y sus aliados socialcristianos de Baviera (CSU), crear una federación catalana del PSOE que compita con el PSC en Cataluña o que esa federación catalana del PSOE acabe convergiendo con el propio PSC.
Para evitar la ruptura, el líder catalán se desplazó en noviembre a Sevilla, donde estuvo reunido dos horas y media con la secretaria general de los socialistas andaluces, Susana Díaz; una visita que algunos calificaron de “humillante”, porque consideraban que suponía “bajar a rendir pleitesía a la faraona”.
Por entonces estaba sobre la mesa de la gestora la opción de impedir que los socialistas catalanes pudieran votar en las primarias para elegir al sucesor de Pedro Sánchez.
Otras medidas que barajaron ‘barones’ y dirigentes influyentes del PSOE fue la de permitir que el PSC asistiera a las reuniones del Comité Federal “con voz pero sin voto” y la instaurar la “doble militancia”.
Finalmente Iceta y el presidente de la gestora, Javier Fernández, dejaron la resolución de sus discrepancias en manos de una comisión bilateral formada por la eurodiputada y ex número dos del partido en la etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Valenciano; el andaluz Mario Jiménez, portavoz de la gestora; y el veterano de la política extremeña Francisco Fuentes, en representación del PSOE.
Por parte del PSC la integran el alcalde de Cornellá de Llobregat, Antonio Balmón; la diputada Meritxell Batet; y el secretario de Organización, Salvador Illa.
Tras varios meses de trabajo, esta comisión ha conseguido un acuerdo que supone mantener el protocolo de unidad de 1978, que garantiza la participación de los socialistas catalanes en los órganos de dirección del PSOE.
Esto supone que la cabeza de lista por Barcelona, Meritxell Batet, volverá a la dirección del grupo socialista del Congreso, de donde fue apartada por decisión de la gestora el 17 de noviembre.