El plan de esponjamiento de Ca n’Anglada, el proyecto urbanístico que persigue una transformación de las condiciones de habitabilidad del barrio, ya tiene fecha de finalización. Será en 2019, cuando se prevé que estén realojadas las 184 familias de los nueve bloques afectados por el proyecto. Los vecinos esperan que el Ayuntamiento y la Generalitat cumplan su palabra y advierten que no tolerarán ningún retraso más del que ya acumula la operación, que fue aprobada en abril de 2007, pero que no se puso en marcha, con importantes modificaciones, hasta diciembre de 2012.
El Consistorio y la Agència de l’Habitatge de Catalunya ya han firmado el convenio, refrendado por el pleno la semana pasada, para poner en marcha la tercera y última fase del proyecto. Afectará a 80 viviendas de cuatro bloques, los números 1 y 3 del pasaje de la Concòrdia, el 2 del pasaje de la Constància y el 1 del pasaje de La Previsió. La reubicación de los vecinos y el derribo de los bloques se alargará durante tres años, con el compromiso de acabar a finales de 2019. El presidente de la asociación de afectados por el esponjamiento, Andrés Zamora, reclama que se cumplan estos plazos. “No vamos a permitir que el proceso se alargue más. Llevamos mucho tiempo acumulado. Los edificios están cada día más degradados y los vecinos llevan muchos años esperando”, advierte.
Realojos provisionales
Este año, los traslados se centrarán en los residentes en los dos edificios del pasaje de la Concòrdia. La asociación de afectados por el esponjamiento espera que en otoño ya empiecen los primeros realojos formales. Su presidente, Andrés Zamora, recuerda que, fruto de la presión ejercida, el Ayuntamiento ya ha reubicado a 13 familias que vivían en los bloques de esta tercera fase por los problemas de movilidad que arrastraban. Todas, excepto una, están ya viviendo de alquiler en los pisos municipales de Torre-sana, que muy probablemente serán los que acaben recibiendo en propiedad.
Los vecinos reclaman que el proceder en las cuatro comunidades restantes sea el mismo y se priorice el realojo de los residentes con problemas de salud o que padecen un mayor deterioro en sus viviendas.
En esta última fase, Ayuntamiento y Generalitat aportarán 7,5 millones de euros. Este año hay consignados 1,4 millones en el presupuesto municipal y 1,25 millones en el de la Agència de l’Habitatge de Catalunya. Entre 2018 y 2019, cada administración aportará 3,75 millones.
Zamora explica que la operación de traslado en estos últimos cuatro bloques será más sencilla que en los cinco anteriores. La mayoría de residentes son propietarios con derecho a realojo y hay menos hipotecas en vigor (sólo cinco en los bloques del pasaje de la Concòrdia) que ya se están negociando con los bancos. La iniciativa de la asociación y el acompañamiento de los técnicos que trabajan en el proyecto han permitido que sean numerosas las condonaciones de deuda y alquileres sociales conseguidos hasta ahora en las negociaciones con las entidades bancarias. La existencia de hipotecas muy por encima del valor de los inmuebles ha sido una constante durante estos años. En las dos fases anteriores, se ha conseguido que los bancos condonen deudas por valor de 700 mil euros.
La negociación con las entidades financieras, la delicada situación económica y social por la que atraviesan muchas familias y las casuísticas tan dispares en cuanto a tipología de residentes (propietarios particulares y bancos, inquilinos y ocupantes irregulares) han añadido complejidad a un proceso ya de por sí de envergadura y ha obligado a tratar los casos de manera personalizada para hallar soluciones a medida.