Los arquitectos catalanes Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta han sido galardonados hoy con el Premio Pritzker 2017, galardón considerado como el Nobel de la arquitectura, “por su compromiso inflexible con el lugar” en el que trabajan para la creación de “espacios que están en relación con sus respectivos contextos”.
Aranda, Pigem y Vilalta crearon en 1988 el estudio RCR en Olot (Girona), su ciudad natal, y en su trabajo “buscan conexiones entre el exterior y el interior, lo que da como resultado una arquitectura emocional y experiencial”, según el fallo del jurado de la 39 edición del Pritzker.
El anuncio lo ha efectuado en Chicago (EE.UU.) el presidente de la Fundación Hyatt, Tom Pritzker, que ha destacado el hecho de que el jurado haya elegido, por primera vez, a tres arquitectos como receptores del premio, que se otorga a sus trabajos y no al estudio que fundaron hace casi tres décadas.
“Aranda, Pigem y Vilalta han tenido un impacto en la disciplina más allá de su área inmediata. Sus trabajos abarcan tanto espacios públicos como privados, centros culturales o instituciones educativas y su habilidad para relacionar de forma intensa el medioambiente específico de cada lugar es un testimonio de su proceso y su profunda integridad”, ha señalado Pritzker.
“Su forma de trabajar en colaboración, donde el proceso creativo, el compromiso con una visión y todas las responsabilidades son compartidas por igual, llevaron a la decisión de seleccionar a tres arquitectos como ganadores de este año”, ha agregado el presidente de la fundación que otorga anualmente el Pritzker, considerado el Nobel de arquitectura.
Esta es la segunda vez que el premio recae en España, tras Rafael Moneo, que fue galardonado con el Pritzker en 1996.
“Es una gran alegría y responsabilidad. Estamos emocionados por que este año tres profesionales, que trabajamos juntos y estrechamente en todo lo que hacemos, seamos los reconocidos”, ha manifestado Pigem en una breve declaración recogida por la fundación.
Tres arquitectos que trabajan de forma local, pero que a la vez evocan una identidad universal a través del uso creativo de materiales modernos, incluyendo acero reciclado y plástico, resalta un comunicado de la fundación.
“Han demostrado que la unidad de un material puede proporcionar una fuerza increíble y una gran simplicidad a un edificio”, ha resaltado el presidente del jurado, el arquitecto británico Glenn Murcutt, Premio Pritzker 2002.
El fallo del jurado también señala que vivimos “en un mundo globalizado en el que debemos confiar en las influencias internacionales”, pero cada vez más y más gente tiene miedo de que debido a esa influencia internacional “estamos perdiendo nuestros valores locales, nuestro arte y costumbres locales”.
Agrega que Aranda, Pigem y Vilalta “nos demuestran que es posible combinar ambas perspectivas”.
“Nos ayudan a ver, de la forma más poética y bella, que la respuesta a la cuestión no es una u otra y que podemos, al menos en arquitectura, aspirar a tener ambas. Nuestras raíces firmemente asentadas y nuestras ramas extendidas hacia el resto del mundo”, dice el comunicado.
Entre sus proyectos mas destacados están el centro de arte La Cuisine, en Nègrepelisse (Francia); el museo Soulages, en Rodez (Francia) -en colaboración con G. Trégouët, el restaurante Les Cols, en Olot; la Bodega Bell-Lloc, en Palamós (Girona) o la Biblioteca Sant Antoni-Joan Oliver, en Barcelona.