El equipo de gobierno y C’s coincidieron en rechazar la propuesta de la CUP para elegir los conciertos de Festa Major mediante una votación popular. Los otros tres grupos de la oposición, TeC, ERC-MES, y PP, se abstuvieron al considerar que era una “buena idea”, pero que tenía algunas lagunas técnicas por la complejidad de la mecánica, por lo que se instaron a trabajarla para preparar un texto consensuado a poder ser también con las entidades involucradas en la fiesta.
El debate de la propuesta derivó en una exposición de reproches de TeC, ERC y CUP hacia el concejal de Cultura, Jordi Flores, por su “falta de diálogo” a la hora de tratar mociones que afectan a su regidoría.
¿Viable o inviable?
La edil anticapitalista Maria Sirvent acusó a Flores de parapetarse detrás de una escueta frase sobre la “inviabilidad técnica” de la propuesta para no negociar con su grupo las posibilidades de “hacer una Festa Major más participativa”.
La edil no amagó la complejidad de su iniciativa y se mostró abierta a realizar las modificaciones necesarias, pero reafirmó que es viable y trasladó el ejemplo de Palma de Mallorca.
El regidor Jordi Flores subrayó que la Festa Major de Terrassa es un “modelo de éxito”. Se refirió a la gran asistencia de público a los conciertos del año pasado y a la obtención de un premio a la mejor programación musical en 2016 otorgado por la Associació de Representants, Promotors i Mànagers de Catalunya (ARC). Flores cuestionó las verdaderas intenciones de la iniciativa de la CUP, grupo al que acusó de “buscar el efecto mediático”. El concejal de C’s David Aguinaga rechazó la consulta porque conduciría a una fiesta “endogámica”.
