Terrassa

“Quiero que los bailarines transmitan mi pasión por la danza”

El nombre de Víctor Ullate es danza en estado puro. Su trayectoria, primero como bailarín y discípulo de Maurice Béjart, y después como coreógrafo y director artístico casi que no necesita presentación. Conversar con Ullate es confirmar que es un artista dedicado en cuerpo y alma a su gran pasión que es la danza. Él y su compañía revisitaron el sábado el Centre Cultural de Terrassa para representar “El Amor Brujo” de Falla.

¿Expectante?
Estoy muy contento de volver a Terrassa y al Centre Cultural. Sé que el público egarense nos espera.

Presenta “El Amor Brujo”. ¿Qué rasgos tiene esta coreografía?
Es un espectáculo con mucho duende, mágico. Es una obra de danza que reúne toda la esencia de su creador, Manuel de Falla. Estoy muy satisfecho de esta pieza porque es total, y especialmente porque los bailarines lo dan todo y transmiten su amor por la danza.

Usted estrenó esta obra con su ballet hace más de dos décadas. ¿La versión de ahora guarda similitud con la anterior?
La volví a recuperar hace dos años con motivo de que se cumplía el centenario de su estreno en Madrid. Yo soy un amante de Manuel de Falla y quería rendirle homenaje. La nueva versión de “El Amor Brujo” mantiene el esquema de la anterior pero hay novedades en la coreografía, y también en el vestuario y la escenografía que son completamente nuevos. Además nos hemos dotado de un tapiz para el suelo que provoca unos efectos lumínicos muy bellos. Y luego está la música de Delgado, preciosa.

“El Amor Brujo” es puro drama
Sí, así es. La primera coreografía tenía una duración de unos treinta minutos. Esta segunda es mucho más completa porque hemos incluido tres canciones populares, “Nana”, “Polo” y “Asturiana”, además de una versión de Paco de Lucía para José, el eterno amante. Los dos protagonistas, Candela y José, interpretados por Marlen Fuerte -mi “musa”- y Dorian Acosta, lo hacen divinamente porque son capaces de interpretar todos los registros emotivos que pide Falla. Y también está mi hijo, Josué Ullate, en el personaje de Carmelo, y me permito decir como padre y maestro de baile que es un gran bailarín. Invito también a ver Ullate junior en el ballet “Carmen” que vamos a estrenar. Está de maravilla. En “Carmen” está de protagonista.

Sus coreografías requieren a menudo bailarines que comuniquen
He intentado huir siempre del baile mecánico. Hay compañías que bailan muy bien pero les falta más sentimiento . Son ballets muy profesionales, académicos, pero no hay alma. Yo quiero transmitir esa pasión por el baile y conseguir que los bailarines hagan vibrar. Creo que este es uno de mis rasgos característicos, lo que da personalidad a mi compañía.

¿Qué tipo de danza veremos?
Es una danza neoclásica que introduce movimientos contemporáneos. Es una coreografía que ofrece composiciones muy libres para dar rienda suelta al baile y a la expresión del bailarín. No hay “corsé”. Esta forma de hacer es también muy personal.

Su compañía ha cumplido 34 años en el escenario. ¿Valió la pena arriesgar en su día y formar ballet propio?
Estoy encantado de estar donde estoy. Hace poco estuvimos bailando en Alemania, en Berlín, y cuando llevaba tres días ya quería regresar a España. Aquí la gente vibra y te hace vibrar. En todas las profesiones y más las artísticas, cada uno elige su espacio. Hubiera podido continuar mi carrera artística fuera de España, en Europa, en Estados Unidos. Tuve proposiciones pero siempre las rechacé. Y eso siendo consciente de que la etapa de bailarín pasa muy rápido y que después hay que dedicarse a la dirección y a la coreografía. Pero mi balance es muy positivo. A punto de cumplir 70 años no he perdido la capacidad de trabajo. Me siento motivado por crear, dirigir, enseñar y me entrego con todo mi amor.

¿Se considera afortunado?
Sí, porque me dedico a lo que deseaba y con buenos resultados. El éxito estriba en hacer las cosas con amor. Reconozco, por otra parte, que yo no se hacer otras cosa. En ordenar y gestionar papeles me pierdo y en informática soy un cero a la izquierda.

A propósito de la enseñanza. ¿Sigue teniendo en mente la gran Casa de la Danza para niños?
Es un proyecto para crear una escuela para niños de entornos desfavorecidos y proporcionarles una formación en danza y abrirles un un camino profesional. Es algo que quiero llevar adelante y que pido la colaboración de entidades. Va algo lento pero se hará. Yo soy un luchador nato. Me gustan los retos.

Cómo director artístico de su compañía, ¿tiene metas?
Cuando uno se ha enfrentado a Falla y Beethoven y le ha dado movimiento y color parece que ya nada es imposible. Pero toda obra es un reto. Ahora estamos a punto de estrenar “Carmen” pero mi “Carmen” tendrá una versión diferente, será más actual. No lo puedo desvelar porque estamos a punto de estreno. Será en junio, en El Escorial, después en Oviedo y Madrid. Y espero que llegue a Terrassa.

¿Que nota le pone al panorama de la danza en España?
Hay mucho público que ama la danza pero sigue en el olvido para los políticos. Aquí se prioriza el fútbol. Aunque debo admitir que con la nueva presidenta de la comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, están cambiando las cosas. Hay más sensiblidad pero siguen faltando compañías estables vinculadas a los grandes teatros.

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