Terrassa

Terrassa sienta las bases de la tanatopraxia profesional

Trabajan en cada deceso, su labor es clave para que conservemos un buen recuerdo de nuestros difuntos y, a pesar de ello, el suyo sigue siendo un oficio desconocido, tabú para muchos. Son los tanatopractores, profesionales a medio camino entre la medicina forense y la estética, especialistas ocultos tras las bambalinas de los tanatorios, desde donde reivindican desde hacen años un reconocimiento profesional.

Y lo han conseguido. Dos profesionales de la sociedad municipal Serveis Funeraris de Terrassa han participado activamente en la elaboración del primer manual de Tanatopraxia ajustado al Certificado de Profesionalidad. Es decir, la primera bibliografía (seis volúmenes), que forma ya a los tanatopractores de las nuevas generaciones.

"Hasta hace poco habían publicaciones dispersas -explican Antonio Navarro, empleado de Funeraria y presidente de la Asociación Nacional de Tanatopraxia, y Josep García, también tanatopractor y compañero en la empresa municipal-, pero creíamos que era importante que existiera un manual pedagógico que abarcara las unidades de competencia que marcan la cualificación profesional". Junto a ellos han trabajado en la configuración del manual la psicóloga experta en el acompañamiento en el duelo Núria Ferré y la tanatopractora Dolores Santiago. El manual incluye formación e información sobre embalsamamiento, tanatoestética, técnicas de reconstrucción y para vestir, amortajar y movilizar el cuerpo con ergonomía, entre otros aspectos básicos de la práctica tanatopráctica. Los profesionales han logrado que, como ocurre en otros países europeos, el trabajo de preparación del difunto se regularice, poniendo fin así a un exceso de amateurismo en el sector, donde conviven funerarias altamente profesionalizadas y servicios funerarios donde el voluntarismo suple la falta de formación.

Más humanidad, menos formol
Antonio Navarro y Josep García acumulan décadas de experiencia y formación continua. "Esta es una profesión muy técnica -explica Navarro-, pero cuando llega un difundo nuestra obsesión es solo una: que recupere la naturalidad, que aparezca ante la familia relajado y tranquilo".

Detrás, horas de trabajo en un entorno que ha cambiado mucho en los últimos años, que ha incorporado nuevas técnicas, algunas aprendidas en Méjico, en Birminghan… "Los mejicanos son muy buenos en técnicas de embalsamamiento y menos en los tratamientos estéticos", explican.

"Hoy se trabaja más con productos biocidas y se evita en lo posible el formol, que es cancerígeno", comenta Josep García. Los tanatopractores también han incorporado técnicas como la extracción de globo ocular (la córnea sólo puede extraerla el médico) en una labor que cada día les aproxima más al ámbito sanitario.

"Desde el servicio de tanatopraxia de Funeraria hace tiempo que colaboramos con el Banc de Sang i Teixits, por ejemplo, en expedientes de históricos de ADN cuando la familia lo solicita o hay un proceso judicial abierto. También en la extracción del marcapasos o del globo ocular para trasplantes".

Lejos de lo que muchos puedan pensar, la tanatopraxia es una profesión en auge, por la que se interesan "sobre todo mujeres. La primera vez que escuchamos a alguien decir que le apasionaba la profesión desde niña fue a una chica", explican Josep y Antonio.

Por las salas de tanatopraxia pasan "personas en paro que buscan una salida profesional y profesionales de la estética que quieren especializarse. La idea de que esta es una profesión masculina no tiene sentido hoy, en que todo está muy automatizado y la fuerza no es imprescindible. Además -pregunta Navarro- ¿quién mueve a los ancianos en las residencias o a los enfermos en los hospitales? Hace años que formamos a alumnos y sobre todo a alumnas que trabajan muy bien y con muchas ganas".

La tanatopraxia abarca distintas disciplinas. La tanatoestética, que cuida de dar la mejor imagen al fallecido; el ambalsamamiento, por el que se detiene el proceso de deterioro del cuerpo; la restauración, que permite reparar las partes dañadas y la creación o sustitución de las no existentes; y la extracción de muestras de ADN, marcapasos y globos oculares. También la formación psicológica para el mejor trato con los familiares.

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