El plan de movilidad apuesta por ganar la calle como elemento de comunicación no sólo rodada, sino andada; como espacio de vida y no de paso; como lugar de encuentro. Pero precisa de una serie de renuncias que tienen que ver esencialmente con el tráfico rodado. Un amplio cuadrado central debe convertirse en lo que se denomina "zona urbana de atmósfera protegida" (ZUAP), un proyecto que se enmarca en el Plan de Movilidad. El proyecto es amplio y sumamente ambicioso por lo que se deja entrever. También se intuye que no estará exento de polémica.
Existe una resistencia natural al cambio que se acentúa especialmente en lo tocante a hábitos y la movilidad suele constituirse en ocasiones más en hábito que en necesidad. todos deberíamos reflexionar sobre cuántas veces podríamos evitar utilizar el coche y andar para ir al centro o utilizar el transporte público. El hábito no nos deja buscar opciones que muchas veces pueden ser francamente beneficiosas tanto económicamente como en tiempo. Un desplazamiento al centro de Barcelona, por ejemplo, es mucho más tranquilo rápido y barato (a pesar de la zona 3) en cualquiera de las lineas de ferrocarriles de las que disponemos que hacerlo en vehículo privado, pero la inercia nos lleva a tomar decisiones.
Habrá que ver cómo se materializa el proyecto de reordenación del centro tanto en el plano de la movilidad como también urbanística puesto que se prevé la peatonalización o semipeatonalización de calles y la inclusión de la modalidad de la zona verde, una nuevo elemento, se quiera o no, disuasorio con tarifa para los residentes y para los no residentes. La peculiar ordenación de la ciudad, con vías muy concretas de desplazamiento este-oeste y norte-sur, no hacen del plan del Ayuntamiento un asunto fácil. De las primeras, hablamos de vías como las avenidas Béjar, Abat Marcet, 22 de Juliol o carretera de Montcada. De las segundas, las avenidas del Vallès, Jaume I y Barcelona, Rambla y Àngel Sallent como principales, aunque también hay secundarias a tener en cuenta, como son Galileo y Arquímedes o Topete y Sant Antoni. Estas cuatro últimas podrían ser probablemente las más afectadas por la contaminación del tráfico, especialmente la última, con una densidad de paso de autobuses muy importante. Y hablando de autobuses, no podemos perder de vista en esta nueva ordenación, cómo quedará configurada la remodelación de lineas prevista.