España cerró 2016 con 292 asesinatos u homicidios y al menos 44 de ellos fueron crímenes machistas, casi uno de cada seis, de acuerdo con el balance de criminalidad presentado hoy por el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.
Ese balance fija en 44 el número de mujeres asesinadas por motivos, la cifra más baja desde que en 2009 se tienen registros oficiales de estas muertes violentas.
Pero se trata de un balance provisional, pues al cierre del pasado ejercicio había otros ocho casos de posibles crímenes machistas pendientes de investigación, lo que podría elevar el total de asesinatos a 52.
Desde 2009, con 56 asesinatos machistas, no ha habido ningún año en el que la cifra de este tipo de crímenes haya sido inferior al medio centenar, con un máximo de 73 asesinadas en 2010 o de 60 en 2015.
De ellas, según ha explicado el ministro, solo el 20 por ciento había presentado denuncia previa.
Sin embargo, la estadística proporcionada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad expone que en 16 de los casos de asesinato machista confirmados el pasado año había una denuncia interpuesta, un 36,4 % del total.
Trece de esas denuncias fueron presentadas por la propia víctima y las tres restantes por otras personas, mientras que otras cinco mujeres renunciaron a continuar con el proceso.
Asimismo, once de las 44 mujeres asesinadas, que dejaron 26 menores huérfanos, pidieron y obtuvieron medidas de protección y seis de ellas las tenían en vigor. En la mitad de los casos, el agresor las quebrantó sin su consentimiento.
Esta estadística refleja además que 9 de los 44 agresores se suicidaron y otros siete lo intentaron.
Unas cifras “difícilmente soportables” para la presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, la vocal del CGPJ Ángeles Carmona, que en declaraciones a Efe ha subrayado que demuestran que la violencia machista es la “primera causa de mortalidad de las mujeres en el mundo”.
Para Carmona, todos y cada uno de los asesinatos suponen un “fracaso del sistema”, tanto si las mujeres han denunciado como si no, por lo que ha hecho un llamamiento a “tejer más fuerte la red de protección” a las víctimas.
Se trata, ha dicho, de un fracaso no solo institucional, sino también “familiar y social”, y aunque España ha sido pionera en la recogida de este tipo de datos, hay que “seguir avanzando y trabajando de forma multidisciplinar” para llegar a concienciar a todos de esta lacra.