Catalunya / España

Los radares por tramo controlan la velocidad en 92 km de la red viaria catalana

El Servicio Catalán de Tráfico (SCT) ha puesto hoy en marcha otros cuatro nuevos radares por tramo, dos en la AP-7 en Tarragona y dos en la C-66 en Corçà (Girona), por lo que ya son 17 los tramos controlados por este sistema, que abarca por el momento un total a 92 kilómetros de la red viaria catalana.
Los radares por tramos, que se empezaron a instalar en Cataluña en 2009 en el Túnel de Vielha (Lleida), constan de un sistema que reconoce las matrículas al inicio y al final de un determinado tramo y controla el tiempo invertido en el recorrido, para comprobar si se ha superado la media de velocidad permitida.
Los cuatro nuevos radares que hoy han entrado en funcionamiento se ubican en la A-7 en Tarragona, donde se controla la velocidad en un tramo de 4,1 kilómetros -en ambos sentidos de la marcha-, con un límite máximo de 100 por hora, y un tramo de 8,7 kilómetros -en ambos sentidos-, en la C-66, entre Corçà y Sant Joan de Mollet, en Girona, también limitado a 100 por hora.
Con esta ampliación de hoy, de unos 25 kilómetros más de la red viaria catalana equipada con dispositivos de control de la velocidad, el Servicio Catalán de Tráfico dispone ya de este sistema en un total de 91,92 kilómetros de las carreteras catalanas.
El sistema de control de la velocidad por tramos busca prolongar el efecto de la reducción de la velocidad durante varios kilómetros y evitar los frenazos súbitos que en ocasiones se producen al detectarse un radar de punto.
Según Tráfico, con este sistema por tramos se cubre de forma efectiva la velocidad en un tramo entero de vía y se obtienen velocidades más igualadas y uniformes en el recorrido, lo que supone una herramienta eficaz para reducir la siniestralidad y mejorar la seguridad viaria.
Además de los dos nuevos tramos en ambos sentidos de la marcha que desde hoy se controlan, Tráfico también dispone de otros 13 radares por tramos en el resto de la red viaria catalana.
Los dos primeros se instalaron en 2009 en el Túnel de Vielha, en la N-230, en ambos sentidos de la marcha, a los que siguieron, en mayo de 2014, dos tramos de la N-340, entre Amposta y Sant Carles de la Ràpita (Tarragona), en ambos sentidos.
En mayo de 2014 también entró en funcionamiento un radar por tramo en la C-65, entre Cassà de la Selva y Llagostera (Girona), mientras que en junio de 2015 se estrenó un radar por tramo en la C-58, entre Sabadell y Badia del Vallès (en sentido Barcelona), y en la AP-7, entre Ulldecona y Amposta, en sentido Tarragona.
Los últimos tres tramos de radares estrenados también son dobles, en ambos sentidos de la marcha: en la N-II entre Fornells de la Selva y Quart, en Girona, estrenado en junio de 2015; en la N-II en Girona, también inaugurado en junio de 2015; y en el carril bus-VAO de la C-58 en Barcelona, en funcionamiento desde mayo de 2016.

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