El pastor del rebaño antiincendios contratado por la ADF de Matadepera para limpiar el sotobosque del municipio, Pau Garcia, presentará una denuncia contra la aseguradora de los dos perros de raza peligrosa que acabaron con la vida de 120 ovejas y cabras de su propiedad. El suceso ocurrió el pasado 2 de enero, después de que los canes se escapasen de madrugada de la parcela de su propietario y entrasen en el recinto donde dormían las ovejas y cabras. La falta de acuerdo sobre la indemnización que debe recibir el pastor es el motivo de la denuncia, que se presentará dentro de unos diez días.
Así lo explicó a este diario Pau Garcia, matadeperense y propietario de la empresa ganadera La Vall S.C.P., quien se mostró totalmente disconforme con la indemnización que le ofrece la aseguradora. “No me cubren ni el 50% de las pérdidas que ha supuesto el ataque de los perros porque solo me quieren pagar los animales muertos y las facturas del veterinario”, declaró.
Crías muertas
Al respecto, el pastor considera la indemnización del todo insuficiente y reclama el dinero que potencialmente ha perdido (o dejará de ganar) por el rendimiento que ya no darán esas ovejas muertas y por las que estaban embarazadas. “Ya estaban adaptadas al ecosistema donde pastan. Habían nacido y crecido aquí, y la mayor de ellas no tenía más de dos años y medio”, explicó. Reponer la parte del ganado muerto en las mismas condiciones en que lo tenía -“saneado y adaptado al medio”, especificó- le llevará al menos un año y medio, motivo por el que pide a la aseguradora que contemple en la indemnización esa circunstancia.
Pero hay más. A las 120 cabezas de ganado (110 ovejas y 10 cabras) que murieron en el ataque (por las mordeduras de los perros o por asfixia), hay que añadir cuatro ovejas más que fallecieron a posteriori por las heridas recibidas. Además, alguna de las ovejas que sobrevivieron estaban embarazadas (en el ataque también murieron muchas en cinta) y ahora han expulsado a sus crías muertas. En esas circunstancias Pau Garcia ha perdido en el último mes “entre 20 y 30” terneros y cabritos. Y claro, quiere que la aseguradora se los pague, tanto los cachorros finados como las ovejas que murieron días después del ataque. En este punto tampoco hay entendimiento.
Por todo ello, el pastor del rebaño de ovejas antiincendio presentará en breve la denuncia.
Su situación, poco más de un mes después del ataque, es desesperante. Y no lo esconde: “No me han pagado nada y tengo que vivir con lo que me queda… Voy tirando de ahorros y no sé hasta dónde me llegarán y tampoco sé cuando cobraré del seguro. Me están arruinando la vida”.
Más tiempo
Los rebaños antiincendios de Matadepera funcionan desde 2007. Pau Garcia comenzó a trabajar para la ADF en 2013 con su rebaño, que se dedica a pastar por el sotobosque para prevenir incendios. Con la ovejas y cabras que le quedan (136 de las 260 cabezas que tenía antes del ataque) seguirá trabajando para la ADF, aunque “ahora tendré que emplear más tiempo para hacer el mismo trabajo, lo que me perjudica”, se lamenta.
Pau Garcia, que tras descubrir la matanza lo primero que hizo fue dar de beber a los perros y pedir que no fuesen sacrificados, no tiene nada en contra de los canes, aunque no piensa igual de su propietario, al que no conoce personalmente. “No tiene la valla de su parcela en condiciones y por eso se le van los perros, que no es la primera vez que se le escapan”.