Conseguir que la ciudad esté más limpia es cosas de todos, reiteró el alcalde Jordi Ballart ayer, durante la presentación de la campaña "Terrasa més neta" destinada a informar y sensibilizar a los ciudadanos. Ballart, que presentó la acción social divulgativa, junto al teniente de alcalde de Territorio y Sosteniblidad, Marc Armengol, subrayó que "el Ayuntamiento está realizando los deberes tras la crisis pero el objetivo de mejorar el servicio es también una responsabilidad de los terrassenses que no pueden esquivar".
En este contexto, el Ayuntamiento emprende desde hoy una campaña que pivotará sobre cuatro aspectos. El primero de ellos hace referencia al reciclaje y selección. Al respecto el teniente de alcalde Marc Armengol explicó que en Terrassa se separan los residuos en un 30-33 por ciento y que este porcentaje debe llegar al sesenta por ciento al año 2020 tal como se ha propuesto el Govern de la Generalitat.
El segundo eje informativo está asociado a la retirada de muebles y objetos viejos. Sobre ello se insistirá en que hay un teléfono gratuito que informa del día y la hora que el servicio se efectúa en cada barrio y distrito. Armengol también dio datos. "Del conjunto de servicios que realizamos sólo nos han avisado previamente un ocho por ciento. Hay que mejorar porque, a veces, este vertido de muebles y colchones espontáneo en ciertas calles pueda provocar colapso para peatones y conductores".
Penalizaciones
El tercer aspecto de la campaña incidirá en los costes que supone no reciclar bien. En este sentido, el teniente de alcalde explicó que "la tasa que pagamos cubre un setenta por ciento del coste pero que habrá que subirla porque el hecho de no separar comporta un mayor coste económico para las arcas municipales que gestionan el servicio a través de la empresa Eco-Equip". El cuarto y último eje es el sancionador. Ballart y también Armengol adelantaron que el control sobre los residuos se refuerza y habrá un grupo de catorce personas dedicadas a tareas de inspección.
Este grupo de profesionales, que ya trabajan en el Ayuntamiento en temas de orden jurídico y/o medio ambiental, tendrán potestad para imponer denuncias y levantar actas que darán a la apertura de un expediente que deberá resolver. Las multas, que ya están tipificadas en la normativa municipal, pueden ir desde los 450 hasta los seis mil euros en función del tipo de vertido y del grado de prejuicio que haya ocasionado.
Armengol, como Ballart, confió en que la campaña, a la que calificó "muy importante", de resultados en positivo. Admitió Armengol que de todos los puntos hay uno, el de la selección de la basura orgánica que es que plantea un mayor reto, en la medida que "hay muchos usuarios particulares que colocan en una misma bolsa restos de cosas que se pueden reciclar (contenedor marrón) y otras que no (contenedor verde). Y esto tiene un peso en la balanza, un canon, y, por tanto, un aumento en el coste del servicio que habría que evitar".