Un nuevo proceso participativo ayudará al equipo de gobierno a repensar la red de autobuses urbanos. La concejalía de Movilidad quiere conocer cuáles son los parámetros que más valoran los usuarios y no usuarios del servicio de autobús y cuáles son las deficiencias que encuentran a la actual estructura. Estos datos ayudarán al equipo de gobierno a analizar el servicio actual y definir cómo debe ser la red de autobuses del futuro.
El proceso participativo tendrá diferentes fases y serán conducidas por una empresa externa. La primera consiste en realizar distintas dinámicas de grupo. Se irá a buscar a la calle a voluntarios que quieran participar en estas reuniones grupales, de unas ocho personas, para que expliquen, en sesiones de dos horas, cuáles son los aspectos más relevantes a la hora de valorar el servicio de autobús. Habrá grupos focales tanto de usuarios del transporte público (con distintos perfiles y edades), como de personas que no utilizan el bus y de las que interesa saber qué les desanima a desplazarse en transporte colectivo por la ciudad.
El concejal de Movilidad, Marc Armengol, explica que las conclusiones de estas reuniones servirán de guía para organizar unos talleres participativos, tres en total, en los que se debatirán los parámetros puestos sobre la mesa en las sesiones grupales y que conforman los elementos más importantes que los ciudadanos tienen en cuenta a la hora de valorar el servicio de autobús. Cuestiones que probablemente giren en torno a frecuencia de paso, distancia a pie de las paradas o cobertura del servicio, entre otros aspectos que suelen ser centrales en la valoración del transporte público.
Estos talleres están concebidos de manera más abierta, de forma que puedan participar tanto asociaciones vecinales, como otras implicadas en los temas relativos a Movilidad, así como personas y entidades interesadas. La última decisión sobre la organización o no de estos talleres la tendrá la comisión de seguimiento que se espera constituir en las próximas semanas. Estará formada por partidos políticos, pero también por colectivos de la sociedad civil, aquellos que ahora están en la Taula de la Mobilitat y que quieran formar parte de este nuevo foro.
Tanto el concejal Armengol, como Susi López, directora de servicios de Movilidad, puntualizan que estos talleres no están concebidos para que los participantes vayan a decir donde quieren colocar la parada de autobús o por que calles del barrio quieren que pasen los autobuses. Desean que ésa no sea la tentación de nadie. La idea es otra. "La gente no vendrá a dibujar la futura red de autobuses, sino a decirnos qué es lo que más valora a la hora de utilizar el autobús", aclara López.
¿Habrá cambios importantes?
Con los debates que se generen en estas sesiones, los técnicos diseñarán distintas opciones sobre cómo deber ser la estructura de la red de autobuses urbanos. La idea es ofrecer distintas alternativas, que pueden ser más o menos ambiciosas en función de las necesidades de cambio expresadas en los talleres. En cualquier caso, López explica que tienen intención de mostrar distintos modelos de red, que pasarían por realizar ajustes en el sistema radial actual (un modelo de líneas en las que casi todas pasan por la Rambla) hasta proponer un modelo ortogonal, donde la ciudad se concibe como una retícula y las líneas cubren básicamente desplazamientos entre los ejes este-oeste y norte-sur, y donde los transbordos cobran importancia.
A pesar de que se estudiarán todas las posibilidades, Armengol descarta que de este proceso salga un cambio profundo de la red actual. Considera que debido al grado de satisfacción mostrado por los usuarios en las sucesivas encuestas (donde el servicio recibe un notable de nota) es probable que sólo sean necesarias algunas modificaciones: "El servicio funciona bastante bien. Queremos mejorarlo porque es un compromiso recogido en el Plan de Movilidad, pero es probable que después de este proceso sólo sean necesarios algunos ajustes puntuales", sostiene. En cualquier caso, el edil descarta un "cambio radical" de la red vigente en el corto plazo, teniendo en cuenta, añade, que la concesión actual a Tmesa se encuentra prorrogada y que el Ayuntamiento se encuentra en pleno proceso de decidir si continúa con el modelo de gestión indirecta o bien asume directamente el servicio. "Aún no sabemos el modelo de gestión por el que optaremos. Sería mejor definir antes este aspecto y que en el momento en que entre el nuevo concesionario o se produzca el cambio de modelo, en función de la opción elegida, se apliquen los cambios, si es que se trata de un replanteamiento profundo", señala el edil, que añade que "hay de plazo hasta 2019", fecha límite para tomar una decisión porque ya no se podrían realizar más prórrogas a Tmesa.
A partir de la primavera
El calendario con el que trabaja el equipo de gobierno implica que en primavera se pongan en marcha las reuniones grupales y, a continuación, se celebren los talleres participativos, de manera que este verano se puedan tener ya las conclusiones. López espera que los técnicos puedan, por tanto, tener diseñadas las distintas propuestas para la futura red de autobuses este mismo año. Distinto será cuándo se aplican las modificaciones, subraya. La directora de Movilidad también cree que "lo razonable" sería que los cambios se asuman en el momento en que se abra el nuevo periodo concesional o de asunción directa de la gestión.