La “creme” del tapeo se dio cita en la ceremonia de entrega de los premios a las mejores propuestas culinarias de la última edición de la ruta EmBARca’t, celebrada el pasado octubre. Los mejores, a gusto de los comensales, fueron el restaurante Súbit (Plaça de l’Onze de Setembre), el Cafè del Teatre (c/Baix) y el Tívoli (Passeig del Comte d’Ègara).
Los clientes vuelven a premiar la genialidad de los platos y su presentación, además de reconocer la presencia de productos autóctonos y de proximidad. Así, el Súbit se alza una vez más con la puntuación más alta de los comensales con un plato genuinamente vallesano y con el sello personal de la casa. Se trata de la “Tempura de bou amb botifarra tarregada amb parmesà, figues y delícies de biandox”.
En el Cafè Teatre también han apostado en el último EmBARca’t por los ingredientes vallesanos y su tapa se ha erigido en la segunda preferida de la audiencia. Se trata de la “Coca de figues de Vacarisses amb pernil de gla, formatge cendrat d’Ullastrell i rúcula”.
El tercer premio ha sido para la “Explosió de mar i muntanya, cruixent de cansalada i pop a baixa temperatura amb esferes d’oli” del restaurante Tívoli, que ha llevado la combinación de sabores a una de sus tapas más populares.
Los cocineros recibieron ayer el galardón en una ceremonia que reconoció su aportación a la imagen de la cocina local. Conviene recordar que los participantes en la ruta EmBARca’t acudían con su guía a los 32 bares y restaurantes y, tras degustar el plato, puntuaban la tapa del 1 al 5.
El certamen también premiaba a los clientes más fieles, aquellos que sumaran cinco sellos de restaurantes o más en su cartilla. Ayer se sortearon 14 desayunos, comidas y cenas entre los ciudadanos más fieles a la ruta, que se despide ya hasta después de verano.
La quinta edición del EmBARca’t se celebró entre los días 7 y 23 de octubre en la ciudad coincidiendo con la llegada del otoño. En esta convocatoria, Terrassa Gastronómica ha aparcado definitivamente la fórmula de la cita temática y ha dado libertad absoluta a los bares y restaurantes para crear nuevas tapas con ingredientes distintos.
En las tres primeras ediciones la organización apostó por las patatas bravas (2012), el calamar (2013) y los productos autóctonos (2014). Un año más tarde, en 2015, decidió poner fin a ese modelo y apostó por una oferta abierta y mucho más atractiva para los aficionados al tapeo dispuestos a seguir la ruta.
Ahora, la organización tiene intención de repetir el próximo otoño con esta fórmula, que ha popularizado en la ciudad el combinado tapa y quinto por 2,5 euros.
