El festival de canción de autor Barnasants ha querido subrayar este año su condición de evento descentralizado organizando seis conciertos de inauguración colectiva con una producción propia que se ha traducido en la reunión de cuatro cantautoras bajo el nombre de Les Kol·lontai.
Montse Castellà, Sílvia Comes, Meritxell Gené e Ivette Nadal son cuatro ejemplos diversos de la canción en tierras catalanas, proceden de puntos distintos de la geografía, pertenecen a generaciones también diferentes pero comparten su sensibilidad por el feminismo y por las izquierdas.
Amparadas por el que se ha descrito como un "soviet violeta", e inspiradas por la comisaria bolchevique Aleksandra Kolontái y por una larga lista de poetisas y escritoras catalanas, su reunión se ha traducido en la preparación de un repertorio de una veintena de canciones de todo tipo, a veces propias, otras musicalizaciones de versos ajenos, cuando no directamente "collages" de textos imbuidos por el feminismo (como en el caso de "Lo fandango del compromís", con textos de Rosa Regàs Marina Garcés, Caterina Albert, Clara Campoamor y la propia Kolontái.)
Algo de "collage" tuvo, no obstante, todo el concierto que se celebró el domingo en la Nova Jazz Cava, la sexta y última de las mencionadas inauguraciones colectivas y el inicio de la programación del Barnasants en Terrassa. El azar quiso que ese mismo día se conmemorara el cincuenta aniversario de la muerte de la gran folclorista y cantautora chilena Violeta Parra, si bien su presencia quedó relegada a una sencilla mención y a un "Gracias a la vida" enlatado que sonó al final de la actuación.
Fue el colofón de un concierto que tuvo mucho de intimista, a través de canciones cuya singladura se aproximó a temáticas tan universales como el amor o la muerte, pero que también se detuvo en otras inquietudes, como la violencia de género, los refugiados, las víctimas de la guerra, el amor entre mujeres o la maternidad.
Apretando el acelerador
De vez en cuando asomaron ritmos como la rumba o las intérpretes apretaron el acelarador, pero en general el concierto se tiñó de una cierta nostalgia, de canciones que "tocaban" y de historias en las que también asomó el compromiso, algo especialmente evidente en el caso de Montse Castellà, cuando interpretó sus temas propios "Hemisferi Nord" y "Revolució."
En medio de canciones muy explícitas, como "Cristina" de Ivette Nadal o "Mujer en ruinas" de Sílvia Comes, hubo otras más evocadoras como "És circular lo temps del propi enyor" (de Zoraida Burgos) o "Galàxies" (de la casi desconocida poetisa Concepció G. Maluquer.)
Entre tanto, las cuatro intérpretes se fueron alternando el protagonismo, haciendo coros las unas a las otras, incorporando el sonido de guitarras, percusiones y otros matices, cuando no se quedaban solas en el escenario para enfatizar sus talentos individuales. De vez en cuando asomaron versos sueltos y algunos recuerdos, como el exilio de ¿Macià? (aunque en realidad este president de la Generalitat muriera de muerte natural en 1933, y quizá se refirieran, en un lapsus, al de Companys.)
Invocaron también el derecho a decidir (eso sí, a decidirlo todo) a través de la pieza "Decidim" e incluso se posicionaron en defensa de los acentos diacríticos recordando versos de Mireia Calafell.