El relato que sigue empieza con una denuncia y acaba bien, pero no por ello merece no ser contado. Adriana, madre de un niño de 6 años en silla de ruedas, escolarizado en la Escola Abat Marcet, acudió a este diario para expresar su queja porque llevaba siete meses pidiendo un cuidador ("un vetllador" como se conoce en el sector educativo) para su hijo a la hora del patio y nadie, ni la inspección de Serveis Territorials de Ensenyament no daba respuesta a su demanda.
La visita de Adriana a este rotativo tuvo lugar esta semana, el lunes por la tarde, y tres días después, el jueves por la tarde, ella misma se puso de nuevo en contacto con el diario para explicar que la escuela había dado respuesta a su petición, aunque no sabía aún en qué grado. En este periodo de tiempo, recabamos la información de la directora de Serveis Territorials de Ensenyament, Carme Vigués, quien ya avanzó que el departamento acababa de adjudicar más recursos para los cuidadores y que la Escola Abat Marcet sería uno de los centros beneficiados.
Fue así, pues, como en sólo unos días y gracias a la insistencia de la madre -que no dudó en llamar a todas las puertas que fuese necesario, incluida la de este diario- se resolvió una reivindicación que se arrastraba hacía meses.
Adriana es madre de dos niños, uno de 6 años y otro de 11 años. El pequeño necesita de una silla de ruedas desde marzo de 2016 tras diagnosticarle la enfermedad de Perthes, que afecta la cadera y en ella se produce la destrucción de parte del hueso de la cabeza del fémur. "El niño es pequeño para someterse a una operación. La alternativa es el reposo para ver si el hueso dañado se regenera. Y si no fuera así debería entrar en el quirófano pero para ello debe tener 7 u 8 años", explica la madre.
Los dos hermanos acudían a la Escola Pau Vila pero este centro no dispone de accesos adaptados. Se habló con la dirección del Pau Vila, con la inspección de Ensenyament y se consideró que era mejor cambiar de escuela, en este caso se optó por el Abat Marcet, que si cuenta con rampas y ascensor. "La solución era más o menos buena en cuanto que yo trabajo en esta zona", dice Adriana.
Los dos hermanos empezaron el curso en el nuevo colegio. La madre confiaba en que el pequeño, que está en silla de ruedas, dispondría del cuidador para las tareas que requería o las actividades convenientes. Pero no fue así. "Había la cobertura más urgente. Dentro de las aulas no hay problema porque hay las maestras y los niños no se mueven. Mi inquietud estaba cuando salía al patio porque allí corría el riesgo de que le dieran un golpe. En el patio quedaba muy desamparado ", se lamenta Adriana.
Habló con la escuela y está le comentó que debía cursar la demanda a Ensenyament. Y ahí empezó el periplo que ha durado siete meses. "A finales de octubre -recuerda- empecé a solicitar entrevistas de modo formal con el Equipo de Asesoramiento Psicopedagógico (EAP), la Oficina Municipal de Escolarización, la inspección y la directora de Serveis Territorials de Ensenyament. En la OME me comentaron que era un tema de Ensenyament y después de mucho batallar logré una sola entrevista con un inspector en diciembre de 2016. Me comentó que el niño estaba atendido y ya está".
El desenlace
No se dio por vencida. Tras las vacaciones de Navidad, Adriana volvió a insistir pero sin respuestas o, al menos, las que obtuvo no le complacieron por lo que decidió acudir a este periódico. Lo hizo el pasado lunes y tres días después tuvo una llamada de teléfono de la escuela en la que comunicaron que habría un refuerzo en la atención a su hijo.
Preguntada sobre la situación, la directora de Serveis Territorials de Ensenyament, Carme Vigués, reiteró que "este alumno ha estado atendido en todo momento". Adelantó, sin embargo, que "acabamos de recibir una asignación para cuidadores, que nos permitirán atender casos sobrevenidos y ampliar las dotaciones que hay, entre estas la del Abat Marcet".
Vigués no precisó si el niño tendría el cuidador en el patio, tal como pide la madre pero si confirmó que "la nueva dotación beneficiaría a los niños que lo necesitan. Cada escuela distribuye los recursos y fija las prioridades", indicó.