Lo suyo fue reincidencia a lo grande, no por la cantidad de hechos delictivos que se le atribuyen sino por el corto espacio de tiempo en que actuó. La Policía Municipal detuvo el sábado a un ladrón por robar en un coche. Ya lo había arrestado por idéntico motivo dos días antes. Y en la misma zona, en el barrio de Sant Pere.
Sábado, cuatro de la tarde. Un testigo llamó a la Policía Municipal para alertar de un robo en un vehículo estacionado en la confluencia de la calle de Bartomeu Amat con la de Catalunya. El sospechoso se había apoderado de una chaqueta y una mochila, según pudo observar el testimonio, que facilitó la descripción del sujeto.
Una cámara y un taladro
Mientras unos agentes se desplazaban a Sant Pere y alrededores para efectuar una batida, el dueño del coche se personó en dependencias policiales y denunció el robo con fuerza. Y aseguró que le habían desaparecido una chaqueta y una mochila, pero también una cámara fotográfica, un taladro y una caja de brocas. El coche tenía destrozado un vidrio. Unos guardias vieron al sospechoso caminando por la avenida del Abat Marcel. Eran las 4.30 de la tarde. Lo pararon y lo cachearon. En la mochila portaba los objetos sustraídos.
El tipo fue detenido. Nada más verlo, los policías supieron que se trataba del mismo individuo detenido el jueves por la noche por robar un GPS del interior de un automóvil estacionado en la calle de la Independència. En esa ocasión unos guardias lo pillaron saliendo del vehículo. Ya era viejo conocido por sus antecedentes.
