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La épica aparece en el último aliento

Los estados de ánimo de un equipo de fútbol se mueven en una débil línea que se suele sostener en los resultados, demasiadas veces inconsecuentes con aquello que ofrece en el terreno de juego ese mismo colectivo. El del Terrassa fluctuó este domingo de la decepción al éxtasis en poco más de cinco minutos, los que separaron el gol del empate del Granollers y el de la victoria de los egarenses, materializado por David López cuando ya casi se cumplía el tiempo añadido que había concedido el desconcertante árbitro Juan Manuel Martín Varas. Pese a que el Terrassa no cuajó un buen encuentro, dominaba en el marcador gracias a un gol de Raúl Torres, de penalti, en el minuto 60. Ese resultado permitía a los locales recortar dos puntos en relación al Ascó, que empataba por entonces en el campo del Júpiter.
Pero, de golpe, el escenario se alteró de forma irritante. A tres minutos del final, el Granollers empató en un lanzamiento directo de córner que no acertó a sujetar Ortega, obstaculizado por un atacante del Granollers en la acción. Casi de forma inmediata, el Ascó encajó en La Verneda el 1 a 0. La sensación colectiva era que al Terrassa se le escapaba media Liga y una oportunidad excelente de recortarle tres puntos al Ascó, equipo que ha hecho pocas concesiones en los últimos meses.

El Terrassa anduvo justo de fútbol durante todo el partido, pero este equipo rebosa personalidad, arrojo e inconformismo. E hizo un canto a la épica en el último instante buscando uno de esos milagros de última hora que sólo parecen al alcance del Real Madrid y de Sergio Ramos. Con el tiempo casi acabado, el conjunto egarense forzó un córner. Y sonaron las cornetas ante el último intento, desesperado, de variar el desenlace del partido y dar un nuevo enfoque a la situación del Terrassa en la tabla clasificatoria.

La jugada no tuvo secretos. Raúl Torres puso el balón en el área, Amantini emergió en el segundo poste para prolongar el balón hacia el otro costado de la portería y allí apareció David López cabeceando la pelota al interior de la portería de Víctor Colchero entre la euforia generalizada, de los jugadores, del banquillo y de la grada, exultantes todos por el significado de un gol cuya incidencia en el campeonato puede resultar determinante. El Terrassa acabó la jornada con la mejor lectura posible, a dos puntos de distancia del Ascó.

Un fútbol irregular
Ese golpe de riñones del Terrassa valió por todo el partido. Un partido que, dicho sea de paso, tuvo momentos desconcertantes. Al conjunto de Agustín Vacas le tocó asumir la iniciativa durante muchas fases del mismo, pero su fútbol anduvo interrumpido en las zonas de creación, probablemente por la ausencia de un Àlex Fernández que se quedó en el banquillo por unas molestias físicas.

Lo mejor del Terrassa en el primer período se concentró en el cuarto de hora inicial, período en el que los egarenses acentuaron su ritmo de juego con el propósito de marcar un gol que alterese las intenciones del Granollers. Raúl Torres obligó a Víctor Colchero a intervenir de forma destacada en el primer minuto de juego, despejando un remate que se colaba en el marco visitante. Después, un remate de cabeza de Amantini en el lanzamiento de una falta y una aparición de Nils en el área tras una cesión de Bermu merecieron el gol. El Granollers limitó su actividad ofensiva a un disparo poco atrevido de Joel Brey que Ortega rechazó a córner.

Al Terrassa le costó encontrar continuidad en su fútbol, atascado en una ida y vuelta de escaso sentido. A cinco minutos del final, Grasa estuvo a punto de sorprender al portero visitante en una falta ensayada que no acertó a culminar.

Los papeles de unos y de otros estaban perfectamente repartidos. Y el escenario futbolístico no iba a variar en el segundo período, dado que el empate satisfacía las aspiraciones del Granollers y generaba mayor ansiedad en el Terrassa a medida que iban pasando los minutos. El arranque local tras el descanso fue bien intencionado, con una llegada de Bermu que no supo resolver el centrocampista; un disparo con peligro de Joan Grasa; y una acción prometedora de Velillas que el delantero no acertó a culminar.

Pero llegó el penalti de Héctor en el minuto 59. Y el gol de Raúl Torres, infalible en los once metros. Poco más tarde, Joan Grasa dispuso de una oportunidad inmejorable tras un error defensivo del Granollers, aunque su disparo salió desviado.

El ritmo del partido fue descendiendo. Y al Terrassa le fue entrando el miedo en el cuerpo después de un par de aproximaciones del Granollers, ambas con Cano como protagonista: en la primera el balón llegó flojo al área pequeña y David López pudo despejarlo; y en la segunda Ortega y Amantini salvaron el gol. Luego llegó el empate, en la acción que parecía menos trascendente. Y el desaliento, la sensación de estar dejando escapar una magnífica oportunidad de acercarse a la zona de promoción. Hasta que en el minuto 93 David López emergió en el área, envió el balón al fondo de la portería y cambió el estado de ánimo de todo el Terrassa, enloquecido por el empujón emocional de ese gol.

TERRASSA FC 2
EC GRANOLLERS 1

TERRASSA FC. Ortega, Xapi Arnau, Amantini, Joel, David López, Bermu, Marc de Val, Raúl Torres, Nils, Grasa y Velillas. Pol Ballesteros suplió a Nils en el minuto 67; Eder a Bermu en el 88; y Borges a Grasa en el 89.

EC GRANOLLERS. Víctor Colchero, Mur, Javi González, Fran Fuentes, Jaume, Joel Brey, Àlex Gil, Héctor, Cano, Carrillo y Alejandro. Español supliló a Àlex Gil en el minuto 61; Riky a Alejandro en el 67; y Cristian a Héctor en el 83.

Árbitro. Juan Manuel Martín Varas. Amonestó a Ortega, David López, Grasa, Mur, Javi González, Fran Fuentes y Carrillo.

Goles. 1-0, minuto 60, Raúl Torres, de penalti; 1-1, minuto 87, Cristian; 2-1, minuto 93, David López.

Público. 397 espectadores.

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