Se acabó la cordialidad. El acuerdo que la mayoría de los grupos, incluso los contrarios a la municipalización del servicio, habían mantenido sobre los pasos a seguir en el proceso de liquidación de la concesión del agua que ha ostentado Mina Aigües de Terrassa en los últimos 75 años y que concluyó el pasado 9 de diciembre saltó por los aires en el pleno del jueves. La campaña de comunicación que pondrán en marcha los cuatro grupos que defienden la gestión directa del servicio (PSC, TeC, ERC-MES y CUP) levantó ampollas en C’s y PP, que tachan la medida de "propagandística". El PDeCat, sin embargo, evitó mostrar una posición frentista para insistir, de nuevo, en que el asunto no erosiona la solidez del pacto de gobierno que mantiene con los socialistas.
El PSC, TeC, ERC-MES y la CUP diseñarán una campaña informativa para explicar a la ciudadanía las bondades del modelo de gestión directa y, por tanto, pública del agua que ellos defienden. La campaña, que incluirá las acciones que Mina ha realizado para "condicionar, entorpecer y judicializar el proceso" y datos que justifiquen la vía de la municipalización busca "igualar las tornas", en palabras del edil republicano Carles Caballero, y que los egarenses "tengan todas las versiones de los hechos", no sólo la de Mina, que hace meses que ha emprendido una "ofensiva mediática" para explicar los "beneficios" de la gestión indirecta que la empresa representa.
La vehemencia de C’s
La medida encendió a los representantes de C’s y PP. El líder del partido naranja, Javier González, se mostró especialmente duro e incisivo. Con el "panfleto", que no moción, dijo, "dan el primer paso para empezar a hacer el ridículo". Con la medida, el PSC, "el gran promotor" de la misma, "rompe el consenso habido en el pleno en los procedimientos", señaló. Y es que hasta ahora, si bien C’s, PP y PDeCAT han mostrado reservas sobre la capacidad del Ayuntamiento de gestionar el servicio, no habían votado en contra (aunque sí se habían abstenido) de los procesos administrativos ligados al fin de la concesión. Esta frágil unidad se hizo añicos en el pasado pleno. González denunció que con esta "campaña de propaganda infumable" los partidos de izquierdas están "instrumentalizando el Ayuntamiento al ponerlo al servicio de una idea política".
Álex Rodríguez, del PP, también tachó de "propaganda pura y dura" la campaña que piensan poner en marcha los cuatro grupos de izquierdas que apuestan por la gestión directa. En lugar de dar información "partidista, subjetiva y parcial, les pidió que aprovecharan para explicar todas las alternativas de gestión. "Gastarán dinero público para decir lo mala que es Mina y lo buenos que son algunos partidos de este Ayuntamiento", denunció el popular.
El líder del PDeCAT, Miquel Sàmper, trató de rebajar el tono de las intervenciones, aunque sólo le sirvió para crispar aún más a C’s. Sàmper trataba así de evitar que el proceso del agua se vea como motivo de discrepancia con su socio de gobierno. Insistió en que su grupo manifestará su preferencia cuando la comisión técnico-política acabe su trabajo y se conozcan los informes sobre eficacia e impacto económico tanto de la asunción directa del servicio como del modelo de concesión externa. Pero no descartó ninguna opción: "Si la gestión directa fuese asumible por el Ayuntamiento desde el punto de vista económico, no tendríamos ningún inconveniente en apoyarla", afirmó Sàmper.
El soberanista restó importancia al plan de comunicación. Se trata, dijo, de explicar una votación plenaria realizada en el mes de julio a favor de la gestión directa y que tuvo el apoyo de 20 de los 27 ediles del pleno. "Es del todo justo que se pretenda hacer esta campaña, para compensar la opción que sí ha tenido Mina de exponer las bondades de su gestión", señaló, a través del envío de unos "panfletos" junto al recibido del agua en todos los hogares. De esta forma, los ciudadanos tendrán información "objetiva" de "las dos opciones".
"El ataque" al alcalde
C’s no dudó en responder a los "flojos argumentos" del líder del PDeCAT. González se refirió a las nuevas alianzas políticas que ha propiciado el polémico asunto del agua al espetarle a Sàmper: "Quien la lleva no la huele. Parece que es usted el único que no se ha dado cuenta de que no acabará el mandato como teniente de alcalde".
A continuación, el líder de C’s se dedicó a diseccionar los tweets del alcalde, Jordi Ballart, sobre el tema del agua y a poner en duda que utilice su perfil en esta red social con carácter institucional. "Ballart utiliza la alcaldía como palanca para imponer una determinada ideología", sostuvo. Tras esta clara alusión, la intervención del primer edil no tardó en llegar: "Está obsesionado conmigo, en atacarme. No ha hablado de su modelo, sea constructivo. Usted, al final, está haciendo exactamente lo mismo que están haciendo los poderes económicos de la ciudad y las multinacionales del agua, que es atacar, difamar y mentir", denunció el alcalde. De ahí, dijo, "la necesidad de hacer esta campaña y explicar los métodos de toda esta gente, que a parte de explicar su modelo, están dispuestos a hacer lo que sea para conseguir sus objetivos", aseveró Ballart.
El grupo de TeC subrayó las "contradicciones" de C’s al haber facilitado hace una semana la aprobación de los presupuestos que ya contenían los 150 mil euros para realizar la campaña informativa. Xavier Matilla enmarcó este futuro plan informativo en la "normalidad" de un pleno. "Somos 20 de 27 concejales. Somos mayoría y tenemos derecho a explicarnos" porque, además, en Terrassa "hay un nivel de desinformación muy general respecto a lo que sucede en el tema del agua".
Desde la CUP, Maria Sirvent, también reivindicó el derecho de las formaciones políticas a expresarse: "Mina se pasea por la ciudad pregonando los beneficios de la gestión que ellos representan", señaló. Y lo hacen "a costa del dinero de todos", del que obtienen a través de las tarifas. "¡Faltaría más que el Ayuntamiento no pudiese hacer lo mismo!", reclamó.
Carles Caballero, de ERC-MES, remarcó que la campaña no es necesaria sólo para exponer los argumentos a favor de la municipalización, sino que también lo es porque "hay un sector económico que además de explicar su versión, se ha dedicado a insultar y difamar al alcalde como institución, ha puesto en duda la titularidad del servicio y se ha atrevido a cuestionar la capacidad democrática del pleno".
La puesta en marcha de la campaña fue aprobada por PSC, TeC, ERC-MES y la CUP. PP y C’s votaron en contra, mientras que el PDeCAT se abstuvo.