El fotoperiodista de Sant Cugat Kim Manresa y su hija Ada, de 11 años, proponen un viaje por todo el planeta a través de la exposición "Nines del món". El vestíbulo de la Biblioteca Central Gabriel Ferrater es el escenario donde se muestran desde hace un mes un centenar de las casi mil muñecas artesanales que el fotógrafo ha reunido para su hija a lo largo de los viajes que ha realizado a lo largo de los últimos 12 años. La exposición se puede visitar hasta mañana.
Japón, Chile, Estados Unidos, Canadá y Zaire son solo algunos de los países de procedencia de estas muñecas, que han viajado hasta la casa de Ada desde más de 70 países de los cinco continentes. Se trata de una colección que, como explica ella misma, la ha ayudado a aprender geografía, historia y modelos sociales de todo el mundo.
Todo empezó cuando Ada estaba en la barriga de su madre y Kim, que entonces estaba en Tailandia, decidió comprar la primera muñeca. Cuando ya fue más mayor, la niña continuó pidiendo muñecas a su padre, que se encargaba de explicar a su hija como se vivía en el país de donde procedía el regalo.
Padre e hija han hecho una selección de un centenar de muñecas de las cerca de mil que ya tienen de cara a la exposición. Kim Manresa explica que "todo empezó como un regalo para la niña cuando todavía no había nacido. Después con los años ella misma me pedía que le trajese una muñeca de los países que visitaba por trabajo".
La otra protagonista, Ada Manresa, tiene claro su objetivo: "Ahora tenemos entre 800 y 900 y me gustaría llegar a las mil. Creo que lo lograremos pronto". Y una de sus intenciones es "visitar Japón y traer una muñeca. Ya tengo de allí, pero me gustaría ir a mí y elegir una yo misma".
Un libro
Más allá de la nuestra, también se ha editado el libro "Nines del món", en el que Ada ha escrito diversas historias que ella misma ha inventado sobre algunas de las muñecas y su padre ha ilustrado con sus fotografías.
El fotoperiodista Kim Manresa utiliza la fotografía como herramienta para la denuncia social. Ha viajado a diferentes partes del mundo y ha realizado reportajes sobre la prostitución infantil, la pobreza o la ablación. Cada vez que volvía de algunas de sus aventuras por el planeta, le traía algún juguete del lugar donde había estado a su hija Ada. Gracias a este afán coleccionista, padre e hija han podido reunir casi mil muñecas.