El programa "Sembrant Solidaritat" que gestiona una zona de huertos en Les Arenes para familias vulnerables duplicará el terreno para esta función social. La finca de cultivo pasará de los 1.200 metros cuadrados actuales a 2.400 gracias a la cesión efectuada por el Ayuntamiento. Esto permitirá adecuar 12 parcelas más y acoger a un total de 24 familias.
El proyecto hortícola se activó hace dos años y el balance es muy positivo. Fernando Miguel, miembro de la red y responsable de la acción, ha manifestado que "estamos satisfechos del funcionamiento y más ahora que hemos conseguido duplicar el terreno para que entren otras doce familias necesitadas".
La finca municipal, emplazada detrás de la estación de Renfe-Este, está distribuida en parcelas que cada adjudicatario gestiona de forma libre dentro de unas normas para garantizar que se cumpla con los objetivos solidarios. La entidad proporciona las semillas para el cultivo que se adquieren con ingresos obtenidos por actos benéficos mientras que el usuario contribuye con el pago doce euros anuales. "Es una cuota simbólica que solo busca el compromiso personal y comunitario", explica Miguel.
La zona también cuenta con una parcela comunitaria, cuyos productos se donan a familias usuarias del Rebost. Ahora, en invierno, se cultivan habas, ajos, cebollas, coliflor, acelgas y perejil. En verano, tomates, pimientos, berenjenas, pepinos y también alguna que otra fruta como sandía y melón. Los usuarios están contentos con los frutos que da la finca aunque este invierno, con el frío, las heladas y la humedad, está siendo más duro de lo esperado. A ello hay que añadir que últimamente la finca se ha visto afectada por un plaga de pequeños ratones pero que la entidad, junto con el Ayuntamiento, ya ha tomado las medidas oportunas para erradicarla.
Una ayuda
Los usuarios que cultivan las parcelas suelen ir casi cada día. Fernando Miguel es al vez que responsable del programa uno de ellos. Miguel, que vive en Ca N’Anglada , se felicita por este tipo de acciones solidarias. Explicó que su caso personal, con una prestación de 426 euros al mes, se asemeja al de muchos de sus compañeros. "Los ingresos son muy pocos por lo que el huerto, si da fruto, es un alivio en cuanto que nos sirve para aminorar el gasto en alimentación". Miguel subraya también otros beneficios del programa como son aprender a compartir, esforzarse, integrarse. "Aquí hay gente de muchos países y culturas. Hay usuarios nacidos aquí, otros de Marruecos, de Sudamérica… A través de la actividad se trabaja también todo lo relacionado con el respeto y la cohesión social". Josep Herreros, uno de los usuarios, remarca este proyecto en valores. "Yo llevo dos años aquí. Es una buena experiencia. Yo tengo trabajo pero el huerto es un ayuda y además me gusta que incluya esta parcela comunitaria para las familias necesitadas".
"Sembrant Solidaritat", junto con la "Despensa Solidària" -esta segunda es la que proporciona alimentos para familias (trece) del Rebost- es una de las principales líneas de trabajo de la red. Otro de los programas es "Educació en Xarxa" y consiste en un taller de refuerzo escolar para niños de primaria, que se realiza en la sede de la entidad, en la calle Prat de la Riba.
La Xarxa de Solidaritat Popular tiene su génesis en Madrid y desde allí se ha extendido en diversas ciudades hasta llegar a 58 en todo el Estado español. En Terrassa se creó hace tres años. Su presidente, Antoni Jiménez, explicó que la entidad centra sus esfuerzos en cuatro áreas que son la alimentación, la educación, la sanidad y la justicia.