La comisión informativa municipal del miércoles sirvió para diseccionar el servicio de limpieza de la ciudad, un tema muy sensible que ha provocado la protesta y la movilización de entidades vecinales y de la propia Federación de Asociaciones de Vecinos de Terrassa. el resumen es que la situación es mucho peor de lo que presumíamos.
La limpieza es un tema sensible sobre el que el propio alcalde, Jordi Ballart, se ha pronunciado públicamente reconociendo los problemas que está generando. Existen carencias de las que los responsables políticos y técnicos del servicio hablaron abiertamente en la comisión informativa. Las cifras cantan por si sólas. La más llamativa puede ser que se deberían hacer 39 mil rutas al año y se hacen 20 mil, poco más de la mitad que necesitaría la ciudad para que se viese decente. No es menos llamativo que desde 2008 el servicio se haya adelgazado en más de cuarenta personas cuando precisamente necesita recursos humanos. A pesar de la maquinaria que se ha presentado en los últimos meses fruto de la reciente inyección de al rededor de dos millones de euros, sigue muy por debajo de lo que demanda la realidad de la ciudad. Tampoco es cuestión menor que una empresa de más de trescientos trabajadores no tenga un responsable de recursos humanos (no hay nadie que quiera serlo, por el momento); que las instalaciones sean deficientes o que la empresa no tenga un contrato-programa que permita evaluar su trabajo.
Resulta incluso ridículo comparar el servicio con el de otras ciudades similares, puesto que la situación expuesta es lo suficientemente grave como para hacernos una idea de que la empresa está funcionando al límite de sus posibilidades. Ante una situación así, la conclusión obvia es que se trata de un problema que ni se ha generado de un día para otro ni se puede solucionar en una semana por mucho que el Ayuntamiento tuviese los recursos económicos para hacerlo; entre otras cosas porque físicamente, la empresa no puede acoger ni más personal ni más maquinaria en sus instalaciones.
En definitiva, la situación es tan grave que incluso huelga la crítica ácida. Se impone una acción de gobierno prioritaria en torno a un deteriorado servicio de limpieza de Terrassa y lo que se deberá analizar es la reacción del Ayuntamiento una vez que el problema de Eco-Equip está, efectivamente, encima de la mesa.