David Pirri quedó desvinculado del Terrassa FC el pasado lunes. Después de algo más de dos temporadas en la entidad, el técnico llegó a un acuerdo con el presidente, Jordi Cuesta, para interrumpir una relación contractual que aún tenía dos años y medio de vigencia. Pirri fue entrenador de la primera plantilla durante una temporada y media y tras su destitución en enero de 2016 siguió ejerciendo las funciones que tenía asignadas como director técnico del fútbol base desde que fue nombrado para esa tarea por Jordi Cuesta cuando accedió a la presidencia del club. Desde entonces se había planteado en distintas oportunidades la posibilidad de romper el vínculo, pero las diferencias existentes lo hicieron inviable y la relación entre las dos partes se fue deteriorando muy seriamente. De hecho, Pirri no tenía asignada ninguna función en la actualidad y su papel en el organigrama técnico era irrelevante. Una reunión entre el técnico y el presidente la semana pasada desbloqueó el tema.
“No me sentía ni valorado ni importante en el club”, explica David Pirri. “Entiendo que era una situación absurda porque, además, le estaba costando dinero al Terrassa. Era algo que se tenía que resolver, hablé con el presidente y llegamos a un acuerdo. De enero a junio fui un activo del club porque desarrollaba una labor, pero después de vacaciones me dijeron que muchas de mis facetas no tenía que desarrollarlas. Iba al club a pasar la tarde y poco más. Era el momento de poner el punto y final.”
Acercamiento
En sus primeras declaraciones desde que fue despedido como entrenador del primer equipo, Pirri explica que el principal cambio que se ha producido ahora tiene relación con el interlocutor con el que ha negociado. “Lo principal es que Jordi Cuesta y yo nos hemos sentado a hablar, sin intermediarios. Somos personas adultas, tenemos una excelente relación personal y tenía claro que si me sentaba con él íbamos a llegar a un acuerdo. Jordi Cuesta es una buena persona con quien se puede dialogar.”
El técnico de Badia no ha querido contestar a quienes han señalado que su única motivación para seguir en el Terrassa era económica. “No ha sido mucha la gente que me ha catalogado de pesetero. Quizás los aficionados más viscerales o personas que sólo han querido escuchar una versión. Lo que más me dolía era perder tiempo de trabajo más que dinero. El vicepresidente deportivo dijo un día que los contratos están para romperlos. Y no es así, los contratos están para cumplirlos y para respetarlos.” Pirri añade que en sus planes no estaba dejar el Terrassa si hubiese tenido el apoyo del club. “Lo primero que pedía es que me dejasen trabajar y al principio lo hicieron. Pero a partir de septiembre todo ha sido distinto. Mientras fui útil me sentí a gusto y tenía pensado cumplir mi contrato. Ellos querían que me aburriese y me marchase. Y al final ha sido un poco eso lo que ha motivado esta solución. Y también era necesario hacerlo por el presidente, por la ilusión que tiene y el dinero que ha aportado al proyecto.”
Durante estos meses de conflicto, Pirri ha vivido algunos episodios inimaginables. Como encontrarse su coche con las ruedas pinchadas. “Imagino que es una casualidad. No quiero darle más vueltas”, señala. “Ha sido un tiempo duro, no se lo recomiendo a nadie. No ha sido agradable.”Si el discurso de Pirri hacia Jordi Cuesta es amable, el tono cambia cuando habla del vicepresidente del área deportiva, Ildefons Doblas. “Mi relación con él no ha sido ni buena ni mala, sencillamente no ha existido. Hay entrevistas en las que ha puesto en duda mi trabajo y eso es lo que más me duele. Pero tampoco quiero darle mayor importancia a él. No soy yo quien debe valorar su labor, sino el presidente y la afición. En todo caso, el tiempo es el mejor juez.”
Proyecto abortado
Pirri no esconde su frustración por no haber podido desarrollar el proyecto deportivo que inició la temporada pasada al frente del primer equipo y del fútbol formativo. “Firmé para que todos los equipos tuviesen un mismo estilo. Y es una pena que a los seis meses todo se truncara. Pese a los recursos económicos del momento, estoy convencido de que lo hubiésemos conseguido.” En esa dirección, considera que ahora no hay una línea definida. “Se ha ido cambiando de estilo de entrenadores y ese no es el mejor camino. Es preciso que se apoye al técnico, sea quien sea. Cuando me destituyeron, cambiaron a a todo el equipo.”
Pirri se ha referido también a la rueda de prensa que ofreció la plantilla tras su destitución y que abrió una crisis sin precedentes entre jugadores y consejo de administración al mostrarse los futbolistas en desacuerdo con la salida de su entrenador. “No lo ví muy normal, sinceramente. Ha habido muchas destituciones, en muchos clubs, y en pocos sitios salen los jugadores a defender a su entrenador. Me apenó que algunos jugadores fuesen señalados y después despedidos. Se dijo que lo hicieron como producto de los amiguismos y puedo decir que para nada. En mi equipo el que no rendía iba a la grada, el que se lo merecía jugaba y si le tenía que pintar la cara a un jugador lo hacía en el vestuario.”