Lo siguió, descubrió su escondrijo y luego, con ayuda de su madre, retuvo al ladrón para que no saliese de un edificio. Hasta que llegó la Policía Municipal. El tesón de una joven, víctima de un robo con violencia, fue determinante para la detención, el lunes por la noche, de un delincuente en Sant Pere Nord.
Eran las diez de la noche cuando, según la policía, la víctima y su madre se encontraban en la calle de Ullastrell. La chica portaba 150 euros en la mano y un tipo se le aproximó. Cuando la tuvo a poca distancia, le propinó un empujón y se apropió del dinero, tres billetes de cincuenta euros.
El delincuente se escabulló, pero no escapó muy lejos. Y la víctima, renuente a dejarse amilanar, fue tras él. Lo vio introducirse en un bloque de pisos cercano al lugar del robo. El tipo subió las escaleras para ocultarse en la terraza del edificio y ella hizo lo propio. Con coraje, llegó hasta el terrado. Allí encontró al malhechor.
Descubierto su paradero, la joven bajó de nuevo a la calle y llamó a la policía. Y se reunió de nuevo con su madre. Entre las dos estaban a punto de conseguir la proeza de frustrar la huida.
Tiran de la puerta
El ratero bajó los peldaños de la escalera, dispuesto a salir corriendo por la calle. Pero no contaba con la firmeza de víctima y mamá, que lo vieron venir. Él porfió para salir del bloque, pero ellas porfiaron como él, o más, para impedirlo. Y vaya si lo impidieron: tiraron con fuerza de la puerta para que el sujeto no la abriese.
Y en esas estaban cuando llegaron agentes de la Policía Municipal, que detuvieron al individuo como presunto autor de un robo con violencia. No llevaba el dinero encima porque lo había escondido en la terraza. Los guardias hallaron los 150 euros ocultos dentro de un tubo.