Sólo falta el PP para que la entente de derechas sea total en el equipo de gobierno. Eso denuncia la CUP, contundente, dura, contra el acuerdo del bipartito, del PSC y CiU, con Ciutadans para sacar adelante los presupuestos municipales con una abstención del partido naranja.
El 2017 nos trae "un tripartito de derechas", anuncia la candidatura independentista, crítica con una alianza presupuestaria de "cambio estético" porque todas las medidas que incluye son "de limpieza de calles". O sea, todo formal, pero ninguna reforma estructural.
La CUP lamenta que el PSC opte por el pacto con Ciutadans. A falta del PP, dice, los socialistas cuentan con el apoyo "de todo el bloque de derechas en el Ayuntamiento". Lo que llama "nuevo tripartito en la sombra" ya ha funcionado otras veces, según la CUP, lo que confirma el giro a la derecha del gobierno y aleja la posibilidad de un bloque de izquierdas para afrontar asuntos cruciales. Las propuestas de limpieza son "muy visibles a ojos de la ciudadanía", pero se quedan en mero "populismo" y no resuelven "la situación de emergencia social".
El PSC ha demostrado su incoherencia política al pactar las ordenanzas fiscales (impuestos) con la izquierda y los presupuestos "con la derecha", una dualidad que no responde a los intentos de mantener el equilibrio sino a una falta de proyecto materializado en políticas contradictorias. El PSC ha actuado así "para mantenerse en el poder plácidamente".
Terrassa en Comú (Tec) tampoco se libra de las críticas "cuperas". La coalición anticapitalista subraya que las maniobras socialistas ponen en evidencia la guerra mediática entre el PSC y los comunes: los segundos se ofrecen falsamente para entrar en el gobierno y el PSC muestra su deslealtad al pactar a escondidas las cuentas del municipio.
Mientras tanto, la ciudad necesita unos presupuestos "encaminados a una verdadera transformación de la realidad". Esa es la prioridad absoluta de la CUP y debería ser la de la administración municipal, concluye la candidatura independentista.