Alegó, aunque tarde, que se drogaba y que por ello no era consciente de sus actos. Sus actos fueron un robo en una casa en la que irrumpió tras escalar por una farola. Un robo que perpetró el acusado junto con un menor y en el que ambos desvalijaron el domicilio. Se llevaron joyas, ordenadores, herramientas, una tele, videoconsolas, juegos; un botín valorado en más de ocho mil euros. El ladrón ha sido condenado a cuatro años de prisión.
El asalto lo cometieron en agosto del 2015. No se sabe qué día, pues los dueños estaban fuera, pero ocurrió entre el 13 y el 21 de agosto. Los ladrones treparon por una farola para acceder al tejado del edificio contiguo y, una vez allí, saltar al patio interior de la casa, en la que penetraron forzando accesos, violentando una persiana y reventando el vidrio de una puerta.
Examinaron el domicilio y se apoderaron de cuanto pudieron. Como pudieron comprobar después las víctimas, sobresaltadas, el botín fue abultadísimo: tres cámaras de fotos, cinco ordenadores portátiles, un navegador, dos tabletas, dos discos duros, un libro electrónico, un reproductor MP3, hasta un patinete. Y herramientas eléctricas, como un compresor, una pistola pneumática y un taladro, también un destornillador. Y más: tres videoconsolas, diecisiete juegos de videoconsolas, un televisor, mochilas, tres relojes y unas cuantas joyas. Los objetos sustraídos estaban valorados en 8.106 euros, según la sentencia del juzgado de lo penal que condenó al procesado y la de la Audiencia Provincial que ha confirmado la primera resolución.
Alcohol, hachís, cocaína
El reo recurrió esa primera sentencia, alegando que consumía drogas a diario: alcohol, hachís, cocaína, pastillas. No era consciente de lo que hacía y no habló antes de sus adicciones por vergüenza, dijo.
La Audiencia tumba su escueto argumento de busca de atenuantes: destaca que la alegación no fue uniforme durante el proceso (llegó cuando el recurso) y no la acompañó ningún informe médico. Era insuficiente para acreditar la drogadicción y la influencia de ese supuesto consumo de drogas en las facultades del acusado. La pena, de cuatro años de prisión, se confirma. La víctima no reclamó dinero al procesado porque fue indemnizada por su aseguradora.