Este invierno María, una madre de familia trabajadora visita con más frecuencia de lo normal la consulta de su médico. Ha contraído más de cinco resfriados y está muy preocupada por tener infecciones recurrentes. "Me paso todo el año con infecciones y me han dicho varias veces que tengo las defensas bajas. ¿ A qué es debido?" Pregunta la paciente al doctor Javier Carbone, especialista en inmunología de la plataforma TopDoctors.es
"Son varios los contextos en los que veo que se utiliza este término", describe el doctor Carbone. Algunos ejemplos son: pacientes que tienen infecciones continuamente y que requieren el uso constante de antibióticos. Mujeres con candidiasis de repetición, sin que se llegue a solucionar el problema. Pacientes con herpes recurrente, uno tras otro, incluso utilizando antivirales. Personas con catarros constantes. Pacientes con diarreas persistentes. "Así pues, podemos afirmar que las infecciones constantes son una señal de defensas bajas", sentencia.
A menudo, los pacientes que tienen cansancio crónico también tienen su sistema inmunitario débil. También los pacientes que tiene procesos inflamatorios, dolores articulares, manchas en la piel o úlceras orales (entre otros síntomas) creen tener las defensas bajas.
Existe la creencia generalizada de que el descenso de las defensas es debido al estrés. Cuando se baja mucho de peso también hay sospecha de un descenso de las defensas. También es frecuente pensar que en este proceso también influyen algunos medicamentos como los antibióticos.
Como explica el especialista de TopDoctors esta sabiduría popular no deja de estar bien encaminada en muchos casos. "Sin embargo, en la mayoría de pacientes que evalúo, no hay una cuantificación disponible real de defensas, más allá de un hemograma (recuento sanguíneo básico).
Entonces, ¿las defensas se pueden medir? "Pues sí. El sistema de defensas o sistema inmunológico tiene muchos componentes medibles. Y muy importante: algunos componentes del sistema de defensas se pueden reemplazar", describe el especialista. Por ello hay que cuantificar adecuadamente las defensas con pruebas sanguíneas especializadas, ya que si hay un componente bajo reemplazable esto puede significar la introducción de terapias que pueden cambiar la vida de las personas, añade Así, por ejemplo, las inmunoglobulinas se pueden administrar por vía intravenosa y también por vía subcutánea.
Algunas vitaminas son importantes en la regulación de las funciones del sistema inmunológico. Por ello también es importante la medición de algunas vitaminas que si están bajas podemos reemplazar, como la vitamina D.
"Por el contrario, cuando los inmunólogos detectamos defensas bajas que no se pueden reemplazar entonces podemos utilizar vacunas profilácticas", añade. Así, por ejemplo, las personas que tienen infecciones recurrentes "pueden mejorar si se administran vacunas anti-neumococo, anti-hemófilus y anti-meningitis". Si tienen deficiencias de neutrófilos, según este especialista, "pueden beneficiarse del uso de factores estimuladores de colonias; los pacientes con déficit de algunas citocinas lo pueden hacer con algunas citocinas disponibles para uso clínico", añade.
En otros casos, incluso si la cuantificación resulta normal, "podemos intentar potenciar las defensas, por ejemplo, utilizando vacunas bacterianas o de hongos", concluye.