El Ayuntamiento de Terrassa ha organizado este año por primera vez una fiesta popular para recibir al nuevo año en el Raval de Montserrat. Se trata de una convocatoria gratuita y abierta a toda la ciudad, cuyos resultados en esta primera experiencia han resultado esperanzadores. Unas dos mil personas se dieron cita en la céntrica plaza para celebrar la llegada de 2017, una cifra que permite ser razonablemente optimista sobre el grado de aceptación de la iniciativa en la ciudad.
Aunque asistió un público variopinto, el perfil medio de los asistentes fue esencialmente de personas de edad madura, muchos de los cuales quisieron celebrar la llegada del nuevo año con sus hijos. Un ambiente distendido y festivo, ha decidido a los responsables municipales a dar continuidad a la fiesta de cara a próximos años, introduciendo mejoras a propuesta de los propios participantes. La Noche Vieja terrassense siempre ha sido discreta en cuanto a celebraciones colectivas. La convocatoria de este año en el Raval ha demostrado que la ciudad responde a este tipo de iniciativas y si hay un público receptivo y unas condiciones organizativas y de seguridad que garanticen unos mínimos de tranquilidad y buen ambiente a los participantes, siempre hay que valorarlas positivamente. El compromiso del consistorio es mejorar algunos aspectos de cara al año que viene para que Terrassa tenga un fin de año con personalidad propia.
Error
Doctores tiene la iglesia, pero las cifras de ventas de coches durante el año 2016 confirman que pese a los buenos resultados es un error la desincentivación que significa la supresión de programas como el Plan PIVE. En lineas generales debe convenirse que la cifra de venta de vehículos durante el año pasado han sido buenas; tanto en Catalunya como en el estado español se ha registrado un aumento de poco menos del 11 por ciento con respecto a las cifras que se alcanzaron en 2015. No obstante, si se desmenuzan esas cifras, podemos comprobar que la mejora se basa principalmente en las ventas en el ámbito de las empresas. Los particulares tiran de la venta en especial durante los meses en los que se mantiene activo el plan PIVE, alcanzando crecimientos de dos dígitos que decaen notablemente en el segundo semestre como consecuencia de la desaparición de ese programa de incentivación. El plan PIVE no es una inversión a fondo pedido para el Estado puesto que la recupera en forma de impuestos por el aumento de ventas.