Cuarenta y cuatro mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en 2016 en España, frente a las sesenta de 2015.
La última víctima mortal fue una mujer de 57 años, que el pasado 19 de diciembre fue hallada muerta junto a su pareja, el periodista Alfons Quintá, de 73 años, en su domicilio de Les Corts de Barcelona.
La estadística podría ser más negra si se confirman los siete casos en investigación en los municipios de Fuengirola y Frigiliana (Málaga), Lugo, Madrid, San Bartolomé de Tirajana (Las Palmas), Algeciras (Cádiz) y Granada.
La violencia machista ha dejado este año un menor muerto, mientras que en 2015 fueron cuatro.
En este ejercicio, veintiséis menores han quedado huérfanos de madre, casi la mitad que en el año anterior, cuando fueron cincuenta y uno.
En su primera comparecencia ante la Comisión de Igualdad del Congreso, la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, expresó el reconocimiento del Gobierno a estas mujeres, a sus hijos y a sus familias.
Montserrat destacó que “el principal reto de los próximos cuatro años es la culminación del pacto para la erradicación de la violencia contra las mujeres por razón de género”.
En el marco del pacto de Estado, el Ejecutivo presentará la estrategia nacional para la erradicación de la violencia contra las mujeres 2017-2020.
La nueva estrategia incluirá el primer plan de prevención y sensibilización que se apruebe desde que está en vigor la ley de medidas para la protección integral de la violencia sobre la mujer del año 2004.
Además, reforzará la vigilancia de las nuevas formas de violencia sobre la mujer en las redes sociales y en los entornos digitales, abordará la simplificación de los procesos de denuncia y mejorará el sistema de brazaletes.
También solucionará el problema de las pensiones de orfandad de las mujeres víctimas de violencia de género que no habían cotizado o no habían cotizado lo suficiente.
En declaraciones a Efe, el médico forense y exdelegado para la Violencia de Género, Miguel Lorente, mostró su impresión de que en los últimos años se ha jugado con los casos en investigación para reducir al final del año el número de mujeres que aparecen reconocidas como víctimas de crímenes machistas.
“Lo último que podemos permitirnos es distorsionar, minimizar o esconder esta realidad porque esto se traduce en un mayor riesgo para las mujeres que la están sufriendo, teniendo en cuenta que la mayoría de ellas no ha denunciado ni ha acudido nunca a la justicia”, subrayó Lorente.
El experto recordó que un 36,4 por ciento de las mujeres asesinadas este año habían presentado denuncia, pero no obtuvieron la protección suficiente para evitar sus asesinatos.
A su juicio, el sistema está fallando porque se sigue cuestionando la “credibilidad” de las mujeres cuando denuncian o cuando piden medidas de protección y porque no se utiliza un protocolo para valorar el riesgo “de manera objetiva” en los institutos de medicina legal, que está aprobado desde 2011.
Desde su punto de vista, hay “una clara distorsión de la gravedad de este problema”, ya que el 1 por ciento de la población, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), considera que la violencia machista es un problema grave, cuando el 20 por ciento de los homicidios que se producen en España son mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas.
Lorente se mostró a favor de promover un pacto de Estado, pero “no contra la violencia de género, sino contra el machismo y la desigualdad que llevan a que cada año haya una media de sesenta hombres que matan a sus parejas o exparejas”.