La UPC ha creado un nuevo material con grandes propiedades aislantes térmicas y acústicas a partir de los neumáticos que ya no sirven. La investigación ya ha superado la fase de laboratorio y se está llevando a cabo una prueba piloto en un hotel de Barcelona. En dos o tres años, se prevé que pueda fabricarse a nivel industrial. Detrás del proyecto están investigadores y profesores de la Escola Superior d’Enginyeries Industrial, Aeroespacial i Audiovisual de Terrassa (Eseiaat) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), que han tenido la colaboración de las empresas Comsa y GMN (Gestió Medioambiental de Pneumàtics).
Los neumáticos están fabricados a partir de caucho y acero, componentes que ya se reutilizan después de su uso, pero también de fibras textiles de poliéster, material que hasta ahora no se reutilizaba, por lo que el nuevo producto revaloriza este material. Con este objetivo, en 2012 se inició el proyecto, que concluyó que con las fibras textiles de los neumáticos viejos se podía elaborar un pegamento que permitía generar un tipo de panel como aislante acústico y térmico.
Esto significa que, en un futuro, se podrán reutilizar las fibras textiles de los neumáticos viejos en desuso, que hasta ahora son enviadas a vertederos, con el impacto medioambiental que esto supone por las emisiones de CO2 que emite.
Barrera tecnológica
Luis Gil, del Laboratori per a la Innovació Tecnològica d’Estructures i Materials (Litem) y Xavier Cañavate, del grupo de investigación Polquitex, junto a las citadas empresas, iniciaron la investigación en 2012; también ha colaborado la profesora Teresa Vidal, del grupo de investigación en ingeniería papelera Celbiotech. "Los aislantes ya existen y por lo tanto este producto no romperá una barrera tecnológica, pero sí será un antes y un después en el sentido de que es un producto sustitutivo que tiene unas ventajas de tipo medioambiental, social y económico", explicó Gil.
El proyecto permite adaptar el producto final al cliente y suministrarlo en forma de saco o de placas, mientras que el nuevo aislante es más competitivo porque es un 20% más barato que los convencionales, que tienen un coste de cerca de 6,2 euros por metro cuadrado con lana de roca y 3,8 euros por m2 de lana de vidrio. "A partir de este producto, tendría que producirse un cambio en las administraciones públicas para que respalden más este tipo de iniciativas e impulsen más decididamente el uso de los residuos y de los productos reciclados", añadió Joan Peset, de Comsa
La colaboración de Comsa y GMN, empresas que conforman una corporación, ha permitido desarrollar este producto en una primera prueba piloto que ha consistido en colocarlo en una pared de una habitación del hotel NH de Sants (Barcelona).
Potencial comercial
"No es una investigación que se quedará en un cajón porque tiene un potencial comercial", aseguró Peset, que apuntó que el nuevo producto podría salir al mercado en dos o tres años si se consigue crear una buena línea productiva.
Para obtener el nuevo material, que aún no se puede producir en cantidades industriales, se han combinado tres componentes que son las fibras textiles (extraídas de los neumáticos y que tienen restos de caucho), las pasta de papel reciclado y la cola blanca adhesiva.