El proceso participativo para la elección del Sindic de Greuges de Terrassa quedó gravemente tocado ayer después de que partidos, entidades y candidatos destaparan las lagunas del proceso de participación. La comisión municipal de Transparencia reunió a todos los implicados a una sesión extraordinaria con cruce de acusaciones, admisión de errores, exigencias de disculpas públicas y nuevas voces que reclaman la nulidad del proceso. Terrassa en Comú, ERC-MES y la CUP pidieron que se suspenda la elección del Síndic y se revise el procedimiento.
La sesión arrancó con la comparecencia del responsable de los servicios tecnológicos municipales, a quien se había pedido que explicara los detalles del sistema de voto digital, su trazabilidad y revelara si se habían producido irregularidades como el voto delegado o usurpaciones de identidad, tal como denunció el Observatori Ciutadà Municipal (OCM)
Abel Agelet explicó que el sistema no tiene las garantías del voto electrónico y, aunque pedía a los ciudadanos nombre, DNI y fecha de nacimiento para votar, no permite vincular el apoyo a una identidad concreta. "Tampoco queda registro de las direcciones de IP", explicó, de manera que resulta imposible saber si se hicieron votaciones masivas desde un mismo ordenador. Eso si, el técnico insistió en que el sistema impide que alguien pueda votar más de una vez.
Firmas y correos
La comisión informativa subió de tono cuando el presidente de la FAVT, Ramon Clariana, aseguró disponer de una de las hojas depositada por un candidato a síndico, del que no reveló nombre, en "espacios públicos en los que se ha pedido nombre, DNI, fecha de nacimiento y firma, No señalo a nadie -apuntó-, pero está claro que quien ha recogido estas firmas se ha inventado un correo electrónico para entrar esos votos por ordenador". Clariana acusó al candidato de crear un e-mail a espaldas del elector, socavando así "la fiabilidad de la votación".
La discreción del presidente de la FAVT saltó por los aires en cuanto los candidatos a síndicos tomaron la palabra. Tanto la abogada Isabel Cazorla, ganadora del proceso con 1.169 votos, como la periodista Anna Muñoz, la segunda con 1.035 apoyos, admitieron haber recurrido a la recogida de firmas y apoyos tras comprobar "los fallos del voto digital" y tras consultarlo con el Ayuntamiento.
Cazorla asegura que trasladó sus "dudas jurídicas" sobre la votación telemática a la administración, que le respondió que "dar apoyo desde un dispositivo compartido no invalidaba el voto". La candidata decidió gestionar el voto de otras personas que no tenían acceso a internet y de "amigos y conocidos a los que el sistema no les aceptaba la dirección de e-mail".
En los mismos términos se expresó Anna Muñoz, que consultó al Ayuntamiento ante la dificultad de las personas para ejercer el voto telemático. "¿Puedo llevar la lista a la Plaça Didó?, pregunté, y me dijeron que no, que creara un correo para cada una de ellas".
Cazorla y Muñoz defendieron la legalidad y honestidad de esos votos y aseguraron que recogieron apoyos para suplir las carencias del sistema de votación y "del proceso, porque la mayoría de las personas a las que nos hemos dirigido ni conocían la figura del Síndic. Hemos tenido que hacer una campaña que no ha hecho la administración".
Indignada, Cazorla atacó a quienes "han difamado mi candidatura y a las más de mil personas que me han apoyado. Exijo una disculpa pública o seré yo quien lleve a los difamadores al juzgado".
Por su parte, Muñoz dijo haber recogido 700 apoyos "persona a persona, pisando calle. No toleraré que nadie diga que he usurpado el voto". La candidatapidió a los grupos municipales que "reconozcan los errores del pleno. Ustedes sabían que el proceso tenía problemas y callaron".
La comisión de Transparencia se cobró una nueva baja entre los candidatos a síndicos, la de Xavier Gallego, y vivió una dura intervención del dimitido Joan Tamayo, que tachó el proceso de "fraude democrático" y pidió responsabilidades "porque ni la Sindicatura ni Terrassa se merecen esto". Una de sus avaladoras, la OCM, reiteró que , si el gobierno no rectifica, acudirá al Síndic de Greuges de Catalunya.
La comisión cerró con el proceso en falso y la Sindicatura conmocionada. Ilustró la situación Isabel Cazorla: "¿Creéis que alguien puede plantearse ser síndico después de esto?".
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