Una hora después del asalto, de estrellar un coche contra una luna del “burger” y de esgrimir un revólver para robar la caja registradora, el atracador abandonó el vehículo e intentó borrar pruebas prendiéndole fuego. Con esa hipótesis trabajan los mossos que investigan el espectacular atraco perpetrado el lunes de madrugada en una hamburguesería del sector Montserrat.
El automóvil supuestamente utilizado en el asalto, un Peugeot 206, fue pasto de las llamas. Los bomberos recibieron el aviso a las 2.15 de la madrugada: ardía el interior de un turismo junto al número 45 de la avenida de Madrid, en Torre-sana, a tres manzanas del establecimiento objeto de robo. Una dotación de Bombers sofocó el incendio. Para el cuerpo de emergencias aquel servicio era uno más, pero las unidades policiales que se presentaron también en la avenida de Madrid no tardaron en atar cabos cuando vieron el coche.
El turismo tenía múltiples desperfectos, compatibles con el acometimiento del ventanal destrozado en el “alunizaje”. Y constaba como sustraído. Al parecer, había sido robado el domingo por la tarde en Cerdanyola del Vallès. Los Mossos d’Esquadra se quedaron el coche en depósito para inspeccionarlo en busca de pruebas.
Si el atracador vivía por los alrededores, posiblemente agarró la caja registradora sustraída y con la máquina bajo el brazo se dirigió a casa. Si su residencia está más lejos, cogería otro vehículo. No es descartable que alguien le prestase ayuda.
un encapuchado
El robo fue cometido por un encapuchado a la una de la madrugada del lunes. En el establecimiento, el Burger King situado junto al Eroski, unos empleados apuraban su jornada laboral cuando oyeron el estrépito de vidrios rotos. Un coche había irrumpido en el local tras atravesar un ventanal que da a la rotonda de acceso al centro comercial. Del automóvil salió un tipo. Portaba un arma, al parecer un revólver. Corrió hacia el mostrador, se hizo con la caja registradora y huyó.
En la tarima de madera del tramo allanado se podían apreciar las rodadas en forma curva y las marcas de arrastre, seguramente del parachoques desprendido. Se pensó en un principio que el vehículo había escapado por la avenida del Vallès en dirección a la C-58; hasta que el turismo apareció, quemado, a unos cuatrocientos metros.
