Terrassa

Músico y pobre en la corte del Papa

La gloria efímera y la desventura parecen perseguir con tozudez y a partes iguales a Roberto Carlos, antes conocido como Roberto Bahía, un cantautor venido a menos ligado familiarmente a Terrassa y que en la actualidad reside en Roma, junto a mujer egarense y su hija.

Este músico y compositor logró una cierta repercusión mediática a raíz de su participación en el programa televisivo “Mujeres y hombres y viceversa”, en el que intervino como pretendiente. Aquella experiencia le valió el interés de una discográfica, Mediterranean Music Latin, con quienes hizo un disco: “Nos engañaron y comenzaron a distribuir el disco sin mi permiso. Fue una gran estafa. Me convertí en pobre”, narra brevemente.

Asegura que el disco “se seguía vendiendo después de cuatro años; se lucraron con mi música y yo nunca recibí ni un solo euro. No hubo contrato, pero falsificaron mi firma.” No se quedó de brazos cruzados y denunció, en el Mercantil de Barcelona. “El primer abogado se retiró y el Vaticano me puso un abogado, pero el juicio estaba muy avanzado y perdí. Me obligaron a pagar costas, La juez interpretó que un contrato verbal ya vale.”

En ese punto el relato de Roberto Carlos toma otra dimensión. La intervención del Vaticano en sus asuntos no es baladí, ya que la curia romana parece haber salvado a Roberto Carlos de más de un atolladero; de ahí que vivir en Roma haya acabado siendo una bendición para este singular músico.

Cuando llegó a Roma consiguió una licencia para tocar en la calle, “y el Vaticano se enteró de mi historia. Me empezaron a ayudar con el alquiler de una habitación.”

En realidad las puertas del Vaticano se le abrieron tras conocer a Monseñor Krajewski. “me acerqué a él y me ayudó.” Junto a su familia había estado viviendo en la calle durante un año. “Al perder el juicio no tuve ayudas, llegué un momento en que estaba desesperado… Llegar a Roma fue para ver si el Señor nos ayudaba, y nos ayudó.”

Cierta repercusión
Otro hecho que le acercó al Vaticano fue el escribir una canción dedicada al Papa Francisco que ha logrado tener una cierta repercusión. “Por el amor que le tengo a ese Papa le hice una canción, y me dieron su bendición. Estuve tocándola en la calle durante dos días y con las limosnas que me entregaron entre curas y monjas logré recaudar 600 euros, para grabarla.” Y así hizo. El tema se llama “Francesco es universal” y está escrita en español.

En enero de este año “el Papa montó un circo para los pobres y el Vaticano me llamó. No m e lo esperaba. Canté la canción para toda la prensa”, en una carpa situada en la periferia de Roma.

Pero no fue ésta la única vez en la que le llamaron, También contaron con Roberto Carlos durante la canonización de la Madre Teresa de Calcuta: “Le compuse una canción de estilo rumba con letra en italiano que pude cantar dentro del Vaticano, en el Aula Paolo VI.”

Pese a estos logros, sigue viviendo en la indigencia: “Muchas veces duermo en dormitorios para indigentes o en algún hotel. No consigo un hogar para mi familia. Mi hijastro tiene problemas en el corazón y tengo que gastar el dinero que gano en un médico privado.”

Pero no todo es desalentador: “Gracias al Papa he recuperado la ilusión por la música, incluso de vivir. Y quiero decir que la iglesia no es tan cerrada como creemos; te ayudan”, concluye convencido.

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