La interpretación de la Constitución española "está claramente politizada por un tribunal ilegítimo como el Tribunal Constitucional". Este fragmento le tocó leer ayer a Miquel Sàmper, teniente de alcalde, abogado, representante político de la antigua Convergència, hoy Partit Demòcrata Europeu Català, en el acto con el que el bloque independentista escenificó su rechazo a la Carta Magna. Lo hizo en el Raval de Montserrat, en el atrio del Ayuntamiento, en una jornada en la que los grupos municipales de CiU, ERC y la CUP trabajaron ayer, 6 de diciembre, "por Catalunya".
Unas cien personas secundaron la protesta-reivindicación frente al Ayuntamiento, varios de ellos con una pancarta de la Assemblea Nacional Catalana, un par de personas con "estelades". Maria Sirvent, concejal de la CUP, abrió la lectura del manifiesto, el mismo que se leyó en otras localidades, pues había sido consensuado en el seno de la Associació de Municipis per la Independència (AMI). Y Terrassa, se sabe, está adscrita a esa asociación.
Trabajo incansable
"Los regidores y las regidoras trabajamos por nuestros pueblos y ciudades, por nuestro país. Los 365 días del año, de forma incansable y sin distinción de festivos. La vocación de servicio público hace que estemos a disposición de nuestra ciudadanía, siempre, como un hecho habitual", dijo Maria Sirvent, para agregar que en ese marco, "nada excepcional", trabajaron ayer, también, los grupos independentistas. "Como país democrático creemos que los días festivos deben ser representativos de una sensibilidad mayoritaria y propia, nunca impuesta", proseguía el comunicado de la AMI.
Los ediles de las tres fuerzas políticas no se sienten cómodos conmemorando una Constitución "que debía garantizar los derechos elementales de la ciudadanía y que ha acabado siendo utilizada por aquellos que los quieren limitar. Un texto constitucional que se utiliza políticamente en contra de Catalunya, una y otra vez", aseguró la AMI.
La ley de leyes ha terminado convertida "en una prisión para la democracia, que impide al pueblo catalán decidir libremente sobre su futuro", dijo Miquel Sàmper, y en nombre de la Constitución "se suspenden leyes que afectan a las necesidades más básicas de la ciudadanía de Catalunya".
Ejemplos: "las leyes para afrontar la emergencia en el ámbito de la vivienda y la pobreza energética, por la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, la prohibición de la celebración de las corridas de toros o el impuesto de depósitos bancarios". Y es que el Tribunal Constitucional, a juicio de los concejales, intenta arrancar de cuajo "cualquier resolución del Parlament de Catalunya". Y de esta forma, "el Estado, lejos de actuar con sentido democrático, continúa con su intransigencia y pone la mordaza a la voz de la mayoría" representada en la cámara catalana. Sàmper agregó que la Carta Magna ha sido usada en los últimos tiempos "como Código Penal para investigar a los cargos electos que, en el ejercicio de sus funciones, permiten el debate en Catalunya sobre el proceso soberanista".
Pep Forn, edil de Esquerra, cerró la lectura del manifiesto. La reforma de la Constitución, dijo, no lleva a ningún sitio y algunos partidos la proponen "para recentralizar el Estado y liquidar el autogobierno". No hay esperanza, pues, en ninguna reforma constitucional "con garantías de mejora del estatus de Catalunya, como integrante de un supuesto Estado federal". La "plena soberanía de Catalunya" y la garantía de los derechos "pasa únicamente" por un proceso constituyente "en el marco de la República Catalana", un proceso promovido en los municipios de manera coordinada con el Parlament para elaborar una constitución que sea el culmen de un debate "social y ciudadano".
Igualdad
Construiremos un país plural, diverso, moderno, socialmente justo y con fuertes convicciones democráticas", señaló el comunicado, antes de hablar de Catalunya como "tierra de acogida" y país "que quiere garantizar la igualdad de oportunidades para todos". Ayer, 6 de diciembre, día de conmemoración de los 38 años de vida de la Constitución, los representantes de las fuerzas políticas del soberanismo trabajaron "por la convivencia y el civismo", según rezaba el manifiesto. Acabada la lectura del texto, con una apelación a "sensibilizar sobre las desigualdades sociales", los políticos invitaron a Carles Llongueras, flamante Terrassenc de l’Any, músico, para entonar los primeros acordes de "Els segadors" que cantaron a coro frente a la casa consistorial las personas que habían secundado la convocatoria. Un aplauso cerró el acto.