Terrassa

Tamames: “Si no hay licitación puede haber prevaricación”

Ciutadans fue ayer el organizador del quinto debate del ciclo "Parlem de l’Aigua" en el Vapor Universitari, al que llevó como invitados al ex diputado Ramón Tamames y el ingeniero de caminos Ramiro Aurín. Ambos firman el libro ‘Gobernanza y gestión del agua: modelos público y privado’, en el que defienden la concesión como el modelo más eficiente en la gestión del agua.

Antes de acudir al Vapor, los autores protagonizaron una rueda de prenda en el Hotel Don Cándido donde reflexionaron sobre la gobernanza del agua y en torno al proceso de liquidación de la concesión en Terrassa.

La empresa más antigua
"Hay una aspiración de remunicipalizar el agua -apuntó Tamames- y en Terrassa se quiere olvidar un pasado como el de Mina, la empresa más antigua del Registro Mercantil, y se pretende asumir el servicio con una nueva empresa municipal. Y en condiciones prácticamente de gratuidad de los activos". El político y economista defiende que "en los ayuntamientos hay suficientes problemas graves como para que, cuando hay un servicio público bien gestionado, como el caso de Terrassa, continúe".

Los ponentes esgrimieron ayer el precio del agua como argumento a favor de un modelo mixto de gestión. "El precio aquí está en 1,20 euros el metro cúbico, cuando en Madrid está a 1,80 y en Barcelona en 2,20 euros. Y más de la mitad son cánones, de manera que el precio real estaría en Terrassa en poco menos de 0,80 euros, algo que no se encuentra ya en ninguna parte. Eso es también una muestra de eficiencia".

En la ciudad 2 de los 27 concejales defienden un cambio de modelo hacia la gestión pública del agua cuando finalice la concesión y Tamames opina que el gesto responde "a un voluntarismo algo sectario, a una razón ideológica, no hay racionalidad económica. Sirve para que los protagonistas de ese planteamiento luzcan como grandes salvadores del pueblo, cuando decisiones así pueden llevar al déficit y al subsidio".

Tamames cree que en una gestión pública "entrará la burocracia. La soberanía municipal es regular y supervisar para que el servicio funcione como quiere el pueblo. Eso se puede hacer con una concesión que ha funcionado bien más de un siglo".

Eso sí, la fórmula mixta de gestión debe pasar por un concurso público. "Si no hay licitación, puede haber prevaricación", dijo ayer en el hotel don Cándido".

Tras revisar a fondo los documentos de la concesión, Tamames alerta de que "se puede cometer un grave error" optando por la gestión directa y pide a los partidos que la defienden que "no se vayan de rositas si dentro de 4 años hay que subir precios".

El ex diputado comunista, hoy en posiciones conservadoras, sobre todo en materia económica, explicó ayer que Agbar adquirió las acciones municipales de Mina "cuando nadie quería comprarlas. La operación fue un buen negocio para el Ayuntamiento, porque no valían lo que se pagó por ellas".

Aurín fue el encargado de poner las cifras. "Por el 4 por ciento de las acciones el Ayuntamiento recibió 1,5 millones de euros. Pretender que Mina entera valga ahora 2 millones suena raro", dijo, en alusión al valor que la administración le ha dado a la liquidación del contrato con Mina.

Mientras resuelven los jueces
Minutos antes de participar en el debate del ciclo "Parlem de l’Aigua", los ponentes reflexionaron también sobre la polémica liquidación de la concesión en Terrassa y la reversión de bienes, que Mina cifra en 60 millones y el Ayuntamiento en algo menos de 2.

El ingeniero de caminos Ramiro Aurín entiende que "a partir del año 1941, cuando se firma la concesión, debe haber reversión, pero antes de esa fecha no está claro. Si creen que lo mejor es que el servicio sea municipal, mientras hablan los jueces mantengan ustedes una gestión mixta".

El proceso para la liquidación de la concesión del agua en Terrassa se ha judicializado. La compañía Mina ha recurrido el nombramiento del comisionado municipal del agua, Joan Gaya, la prórroga forzosa del servicio hasta el próximo verano y la liquidación de la concesión, incluido el expediente de reversión. "Yo si fuera el Ayuntamiento de Terrassa no me hubiera peleado con la empresa más antigua de España -dijo ayer Ramiro Aurín- diciendo como han dicho ‘quiero destruirte’".

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