El alcalde, Jordi Ballart, trasladará a la dirección y a la militancia del PSC la oferta de Terrassa en Comú (TeC) de explorar la vía del pacto de gobierno si rompe con CiU. Según afirmó ayer el primer edil a este diario, más allá del grupo municipal, “son los órganos internos del partido los que tienen la potestad de definir las estrategias de alianzas”.
A primera hora de ayer, la confluencia de izquierdas convocó a los medios de comunicación para reiterar de manera formal y pública lo que recogía Diari de Terrassa en sus páginas de manera exclusiva: su ofrecimiento para dar estabilidad al PSC si previamente rompe con su actual socio, CiU. El líder de la formación, Xavier Matilla, insistió en pedir al alcalde que acabe con “un pacto antinatura” concebido “para que nada cambie en la ciudad”, justamente, afirmó, lo contrario que el proyecto “revulsivo y de transformación” que representa TeC. Matilla reiteró que si hay una ruptura entre los actuales socios del Ejecutivo local, su grupo dará apoyo desde fuera a los socialistas y que, a partir de ese momento, están dispuestos a “abrir un espacio negociador para explorar la posibilidad de un pacto de gobierno”. Llegado ese momento, remarcó ayer Matilla, “seremos muy exigentes porque queremos aplicar de verdad políticas de cambio”. A pesar de esta condición, el líder de los comunes subrayó que “no hay líneas rojas ni requisitos de mínimos”.
Matilla aseguró que las conversaciones mantenidas hasta ahora con el alcalde han sido “serias y privadas, pero no se han abordado concreciones”. Afirma que no se ha hablado de cargos, ni de reparto de concejalías, a pesar de que fuentes del equipo de gobierno afirman que TeC sí habría insinuado su intención de hacerse cargo de determinados servicios.
“La parálisis actual”
El propio grupo municipal -que compareció ayer en bloque- reconoce que su propuesta “es excepcional” ya que supondría un cambio de gobierno a mitad de mandato, algo insólito en la política egarense, pero defiende que “responde a la situación de emergencia por la que está atravesando la ciudad”. La formación se refiere a “la parálisis” en temas trascendentales para el futuro de Terrassa como “las políticas de promoción económica”. Precisamente se trata de un servicio dirigido por Miquel Sàmper, líder de CiU, sobre el que TeC hace un balance “muy negativo”.
Otro de los asuntos que ha servido de catalizador para que TeC esté dispuesta a entrar en el gobierno es el complejo y polémico asunto del agua. El grupo considera que el convulso proceso que ya se está viviendo -y que se acentuará- para liquidar el contrato con Mina y asegurar la gestión directa del servicio “requiere de un gobierno fuerte y sólido” que camine en la misma dirección sin fisuras.
Las viejas formas
Matilla puntualizó ayer que la confluencia está dispuesta a aliarse con los socialistas, a pesar de que se presentó a las elecciones como alternativa a las más de tres décadas de gobierno del PSC, por “el nuevo escenario que se dibuja tras el cambio de posicionamiento del alcalde a favor de la gestión directa del agua”, una postura que no recogía el programa electoral socialista, recordó. De esta forma, señalaron ayer, “el PSC rompe con una forma de hacer tradicional, con unas relaciones de favores que vienen de lejos, para pasar a defender el bien común”.
Con su hipotética entrada en el Ejecutivo local, que en caso de darse deberían ratificar las bases del partido, TeC considera que “podría aplicar con más intensidad los cambios que necesita la ciudad”. Cambios que están convencidos que llegarán, como muy tarde, tras las elecciones municipales de 2019 a través del ‘sorpaso’ al PSC como primera fuerza. “No queremos esperar a 2019 para aplicar las reformas. Tenemos un compromiso con la ciudadanía y, si hay posibilidad de aplicarlo antes, queremos hacerlo”, remarcó ayer Matilla.
Crisis de gobierno
El hecho de que Diari de Terrassa revelase ayer las conversaciones que TeC y PSC mantienen desde hace meses para explorar una alianza ha desatado una crisis de gobierno, especialmente en el interior del grupo socialista, desde donde se ofrecen versiones distintas sobre el alcance de estos contactos.
Fuentes del equipo de gobierno afirman que el grupo municipal socialista ve con buenos ojos el acuerdo con TeC para deshacerse de CiU, un socio que a la militancia le costó aceptar. En cambio, el alcalde, Jordi Ballart, sostiene que no tiene intención de romper el pacto con CiU, a pesar de que el ofrecimiento público y reiterado de TeC le va a obligar a pronunciarse sobre un acuerdo que él mismo propuso como primera opción de gobierno tras las elecciones municipales del año pasado. Las mismas fuentes gubernamentales aseguran que las conversaciones estaban muy avanzadas este verano, pero que se frenaron a la espera de un mejor contexto político en el ámbito socialista. En cambio, el primer edil sitúa esos contactos en el marco del seguimiento de temas de ciudad como el agua o la vivienda, en los que hay sintonía ente TeC y PSC.
Ayer, tras el pleno municipal extraordinario que tuvo lugar a primera hora de la mañana (ver página 5), Matilla y Ballart se reunieron en el despacho del alcalde. Estuvieron juntos alrededor de un cuarto de hora. Lo único que trascendió de este encuentro es la intención del primer edil de consultar al partido su posición acerca de la posibilidad de un pacto con la confluencia.