Hoy, día que se conmemora el Día internacional contra la Violencia de la Mujer, Diari de Terrassa ha querido indagar sobre este fenómeno social en adolescentes y jóvenes. Los expertos que trabajan en este tema como Vanessa Gaibar, técnica del servicio municipal de Políticas de Género, explican que que, pese a que las nuevas generaciones han aprendido el discurso de la igualdad y el rechazo a la violencia, hay un crecimiento de las conductas que reproducen los roles masculinos y femeninos de antaño.
Apunta Gaibar que las causas son diversas. Influyen los medios de comunicación -especialmente la publicidad- pero también las series de ficción y las estrellas que se promocionan para un colectivo social determinado. El tipo de maltrato suele ser en esta edad más psicológico que físico y se ejerce -ahí esta la novedad si cabe con respecto a años atrás- a través de las nuevas tecnologías, básicamente el teléfono móvil. Diversos estudios constatan que adolescentes y jóvenes nacidos en democracia no están “vacunados”, dice la técnica municipal, contra las actitudes y comportamientos de otras épocas.
La reflexión de Gaibar se apoya con estudios realizados por diversas instituciones y en cuyos datos extraídos se observa además un aumento de estas conductas. Un reciente estudio del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad informa que un 30 por ciento (un 28,8 para ser exactos) de los adolescentes del Estado español ha reconocido que ha sufrido situaciones de control abusivo por parte de su pareja. Este porcentaje era de un 16, 4 por ciento hace tres años.
Roles tradicionales
También explica que la conducta de control se hace en un 25,1 por ciento de los casos a través del móvil (este porcentaje fue del 13, 9 por ciento en 2013). Otras conclusiones del informe del ministerio es que el porcentaje de chicas que reconoce haber sido víctima de agresiones físicas es del tres por ciento y que la presión para actividades de tipo sexual ha sido sufrida por el 6,3 por ciento de las chicas en alguna ocasión.
Son indicadores que preocupan, máxime si se tiene en cuenta las opiniones que vierten adolescentes y jóvenes en los sondeos. En este sentido nos podemos remitir a un estudio sobre “Jóvenes y género” del Centro Reina Sofía de Madrid donde una de las conclusiones destacadas es que el 33 por ciento de chicos y chicas entre 12 y 14 años continúan pensando que “los hombres pueden tener múltiples relaciones pero no las mujeres”, que “los chicos deben parecer fuertes y no mostrar sus sentimientos” y que “ser un buen padre significa que el resto de la familia acepta que es quien manda”.
Los datos expuestos quedan reforzados con otros a nivel local que, aún siendo minoritarios, desembocan también en la misma línea. La concejalía de Género cuenta con un estudio que hizo a parejas jóvenes, estudiantes de 1º de bachillerato de once centros de Terrassa, en el año 2014. En el informe se les preguntaba varias cuestiones sobre cómo vivían o habían vivido su relación de pareja.
En las respuestas se constató también que muchas chicas hablaban de un cierto control por parte de sus chicos en cuanto a su quehacer diario (llamadas y mensajería a través del móvil y de otras plataformas en red, relaciones, tipo de ropa que visten€) y expresaban actitudes o reacciones violentas cuando no se salían con la suya. Así, por ejemplo, un 22, 5 por ciento de las chicas frente al 7, 14 por ciento de los chicos manifestaba que su pareja vigilaba de forma frecuente las publicaciones y comentarios que hacía por las redes sociales. Asimismo, un 36, 2 por ciento de las chicas frente al 12, 7 por ciento de los chicos también declaraba que su pareja ejercía un control a través del teléfono móvil y del WhatsApp las horas que estaba en línea.
La pedagogía, muy necesaria
Desde la concejalía advierten que las nuevas tecnologías, especialmente el teléfono móvil, han emergido como una herramienta de presión para controlar y vigilar a la pareja. Al respecto, la técnica municipal Vanesa Gaibar considera que “lamentablemente se tiende a percibir la violencia machista como agresiones físicas y a menudo se piensa que solo se dan en relaciones adultas y estables. La realidad, sin embargo, es que en la última década se han producido cambios en la forma de comunicarnos (las nuevas tecnologías como el móvil y el ordenador) que han introducido nuevas formas de violencia, más sutiles y más invisibles, pero igualmente perjudiciales. Y hay que hacer mucha pedagogía porque la mayoría de las chicas no lo interpretan cómo tal”.
Y es por este motivo que los expertos consideran que se enfrentan a un escenario muy complejo, dinámico, en el que es necesaria la intervención de diferentes agentes de diversos ámbitos para reformar a formación de los equipos de profesionales que trabajan en este fenómeno. En el uso de las TIC no se puede bajar la guardia, máxime cuando los adolescentes y jóvenes de hoy día han crecido en la era digital y es su canal de comunicación más utilizado, dice Gaibar.