El portavoz de ERC, Isaac Albert, se ha manifestado con dureza contra el equipo de gobierno tanto en el fondo como en la forma. A pesar de su contundencia, no es habitual que hable de vergüenza a la hora de calificar acciones de sus adversarios políticos, en este caso, del equipo de gobierno. Sus declaraciones son por tanto sorprendentes, especialmente por el tono.
No hace muchos días hablábamos en este mismo espacio de la importancia del debate en torno a los presupuestos cuya discusión y aprobación es la acción política más importante del curso. En realidad, el destino de los recursos económicos de cualquier administración, el establecimiento de las prioridades y la planificación del gasto es pura acción política, mucho más que cualquier otra decisión que se pueda llevar a cabo o sobre la que se pueda influir, también en los ayuntamientos. Es precisamente eso, el debate sobre las prioridades y los objetivos lo que reclama Esquerra.
En un escenario de mayoría suficiente del equipo de gobierno, como ha ocurrido en otros mandatos, las declaraciones de Isaac Albert no hubiesen pasado de anecdóticas, pero teniendo en cuenta el momento procesal en el que nos encontramos, no hay que perderlas de vista. No olvidemos que el equipo de gobierno se apoyó en ERC y TeC para la aprobación inicial de las ordenanzas, paso previo a la discusión de los presupuestos. De la misma forma, no olvidemos que las mismas ordenanzas que encontraron el apoyo de los partidos de izquierda, se deben ratificar en el mismo pleno en el que se debaten los presupuestos. Es por ello por lo que quizás se deben tomar las declaraciones de Albert no sólo como una reivindicación, sino como una advertencia.
La pista ya la dieron TeC y ERC en las ordenanzas. Ambas formaciones reclamaron un debate global sobre la fiscalidad municipal, más que una aprobación a cambio de pequeñas concesiones como ocurrió el año pasado. Con los presupuestos se reclama exactamente lo mismo.
El equipo de gobierno está pendiente de diversas cuestiones normativas para fijar los números, pero queda poco tiempo y habrá que ver cómo se afronta la negociación definitiva. Es poco probable que haya tiempo de plantear un diálogo en los términos en que reclama Esquerra y habrá que ver si el equipo de gobierno accede. Siempre queda buscar el calor de Ciudadanos, pero el equipo de gobierno se siente más cómodo en la izquierda y buscará acabar el trabajo iniciado con las ordenanzas.