Los vehículos más contaminantes no podrán circular por la ciudad de Barcelona durante los episodios de alta contaminación atmosférica a partir del próximo mes de abril y, permanentemente, a partir de 2020.
En principio, los vehículos afectados, son los que carecen de la etiqueta adhesiva de la DGT que indica el potencial contaminante, es decir, los matriculados antes del 2000, en el caso de gasolina, y del 2006 en el caso de gasóleo, pero en 2020, según los estudios que lleve a cabo el consistorio, la prohibición podrían ampliarse.
Estas son dos de las 58 acciones para combatir la contaminación atmosférica que incluye el plan que el próximo viernes, día 25, presentará en el pleno el gobierno de la alcaldesa Ada Colau y que hoy han presentado a los medios la teniente de alcalde de Ecología Urbana, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz; la concejal de Movilidad, Mercedes Vidal; la comisionada de Salud, Gemma Tarafa, y el comisionado de Ecología, Frederic Ximeno.
Las medidas irán encaminadas a reducir los niveles de los dos contaminantes más problemáticos que afectan actualmente a la ciudad: las partículas en suspensión (PM10) y los óxidos de nitrógeno (NO2).
La teniente de alcalde Janet Sanz ha subrayado que la contaminación atmosférica en Barcelona es “estructural”, ya que los episodios de alta contaminación son dos o tres al año, por lo que las medidas van encaminadas “a combatir este grave problema de salud pública permanentemente” con la “complicidad” de la ciudadanía y la “cooperación interadministrativa”.
Sanz ha destacado que el Ayuntamiento de Barcelona ha sido la primera administración que ha elaborado un documento temporalizado para combatir la contaminación atmosférica.
Entre las medidas estructurales previstas en el plan, Janet Sanz ha destacado que todo el ámbito de la ciudad comprendido dentro del perímetro de las Rondas pase a ser considerado Zona de Bajas Emisiones (ZBE) y en las que se restrinja la circulación y el aparcamiento en superficie de los vehículos a motor más contaminantes.
En principio, la Guardia Urbana será la encargada de impedir el acceso a la ciudad y la circulación de los vehículos que no lleven la pegatina de la DGT cuando haya episodios de contaminación mientras no se disponga de los detectores de matrículas que facilitarán su labor.
Para determinar a qué vehículos afectará esta medida, durante el 2017 el gobierno municipal realizará un análisis en profundidad del parque circulante, con la voluntad de determinar qué tipologías tendrán restringido el paso, según ha asegurado la concejal de Movilidad, Mercedes Vidal, que ha eludido estimar a cuántos vehículos afectará.
En este sentido, ha explicado que para los taxis y los vehículos de transporte de mercancías el plan prevé medidas para maximizar la eficiencia, pero no prohibirá su circulación.
Entre todas las medidas para incentivar el paso del vehículo privado al transporte público previstas en el plan, la concejal de Movilidad ha destacado la puesta en marcha de “una especie de ‘plan Renove’ para que quienes den de baja un vehículo muy contaminante obtengan a cambio abonos de transporte público o Bicing, un incentivo que se está estudiando en el ámbito del Área Metropolitana de Barcelona.
Entre otras medidas, el plan prevé también la creación de zonas de intervención ambiental especial donde se podrá restringir el paso a los vehículos más contaminantes y zonas de protección adicional del ambiente atmosférico en los distritos y ámbitos de la ciudad con niveles más altos de contaminación y colectivos más vulnerables.