Terrassa

Años de alta tensión que hacían presagiar un trágico destino

Situémonos cinco meses antes del estallido de la Guerra Civil. 16 de febrero de 1936. Se celebran las elecciones a Cortes. En Terrassa, del mismo modo que en Catalunya y en España, se impone el Front d’Esquerres frente al Front Català d’Ordre. En el Front d’Esquerres confluyen un buen número de fuerzas políticas de izquierda con predominio de ERC, aunque sin alinearse la CNT-FAI. En la coalición derechista se alinean las formaciones más conservadoras como la Lliga Catalana, y en Terrassa también miembros del salismo. En nuestra ciudad, el Front d’Esquerres obtiene 13.002 votos y el Front Català d’Ordre un total de 7.691.

Aquellos fueron años de agitación social con antecedentes que habían dejado una profunda huella. Domènec Armengol se hacía cargo de la alcaldía en un momento en que seguía habiendo políticos municipales encarcelados a raíz de los acontecimientos del 6 de octubre de 1934, como el ex alcalde Samuel Morera.

Ese 6 de octubre de 1934 había marcado un punto de inflexión. Aquel día, Lluís Companys proclamaba el Estat Català de la república federal española. Fue un intento secesionista contra la involución conservadora del régimen republicano de Lerroux. Cabe recordar que en noviembre de 1933 se habían celebrado las elecciones que fueron ganadas por la coalición del Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux y la CEDA de José María Gil-Robles. Es decir, una victoria con talante de centro-derecha. Y empezaban las desavenencias entre el gobierno de izquierdas de la Generalitat y el conservador de Madrid.

Estat Català, estado de guerra
Pero volvamos a 1934. El 4 de octubre Lerroux forma gobierno e incluye en él a tres miembros de la CEDA. Este hecho hace que estallara una huelga general en toda España. La conflictividad sube de tono. Amenazadoramente. En el Palau de la Generalitat, el 6 de octubre Companys proclama el Estat Català, mientras que en Terrassa, a las ocho y media de la tarde, desde el balcón del Ayuntamiento, el alcalde Morera hace lo mismo. Y se declara el estado de guerra. El ejército sale a la calle y empieza la represión. Hay muchos encarcelados. En Terrassa, al alcalde Samuel Morera le condenan a doce años. Durante los actos de violencia producidos en los "Fets del 6 d’octubre" en Barcelona y en el resto de Catalunya se calcula que hubo 74 muertos y 252 heridos.

Vayamos de nuevo a febrero de 1936. Seis días después de la victoria izquierdista, los políticos encarcelados fueron amnistiados. Y llegan a Terrassa, en medio de un entusiasmo ciudadano como explica el cronista de la ciudad Baltasar Ragón en su libro "Tres anys difícils de Guerra Civil": "Llegan en camiones y una gran multitud les recibe al final de la Rambla. En manifestación son acompañados al Ayuntamiento". Samuel Morera, que recupera el cargo de primer edil, sale al balcón y se dirige al pueblo: "Desde la alcaldía os digo que haré cumplir inexorablemente la justicia pese a quien pese", dice. El 4 de mayo quedaba oficialmente constituido el nuevo Consistorio.

Aumenta la angustia
La vida ciudadana fluye con más o menos normalidad o, digamos, con una tensión un tanto aletargada en esa primavera del 36. Tal vez la calma antes de la tempestad.

Pero en España había un caldo de cultivo propicio a que se pudiera producir una insurrección militar. Los bloques de derecha y de izquierda estaban enormemente distanciados y el clima político y social cada vez era peor y no presagiaba nada bueno.

En el periódico terrassense Crónica Social del 8 de mayo de 1936, se publicaba el artículo "A propósito del fascismo", firmado por el político monárquico José Calvo Sotelo, diputado y ministro de Hacienda en la dictadura de Primo de Rivera. Un artículo en el que Calvo Sotelo se refería a lo que él entendía como desorden político y desorden militar existente en España en aquel momento y prácticamente aventuraba lo que acabó sucediendo. Uno de los fragmentos del artículo decía: "Allí donde el comunismo acecha con aliento, el fascismo adquiere bríos de progresión casi geométrica. Este es el caso de España. El ambiente fascista es enorme en toda la nación. Desde luego inmensamente superior al que pudiera existir antes del 16 de febrero (…) A un lado tenemos el Estado marxista, que es un estado de clase. Y enfrente, el Estado Nacional, que es un Estado superclasista. Ya dibujados los dos perfiles contendientes, sin que entre ellos quede zona neutral, la batalla ganaría presteza y transparencia. A este resultado ha de llegarse más pronto o más tarde."

La tensión no decrece sino que aumenta. Machaconamente. Las derechas, con un conglomerado entre monárquicos, falangistas, católicos, grandes empresarios, financieros y terratenientes quieren acabar con la República. Los rumores sobre la gravedad de la situación se acrecientan. El acontecer ciudadano está cada día más contaminado, más incontrolable, más delicado. Sólo falta que estalle.

El 12 de julio es asesinado en Madrid el socialista José Castillo por la extrema derecha. Al día siguiente, como represalia, José Calvo Sotelo es asesinado con dos disparos. Estos hechos fueron el detonante para que los militares golpistas decidieran que el ejército de África iniciase el alzamiento para trasladarse seguidamente a toda España.

17 de julio de 1936. El estallido. La guarnición militar de Melilla se subleva contra la República. La noticia alienta la confusión. Es el principio de la contienda.

"Durante la noche anterior se han observado diversas precauciones adoptadas por las autoridades. En la Casa Consistorial prestaban guardia permanente fuerzas de la Guardia Civil. A primeras horas de la mañana llegaron una sección de Mossos d’Esquadra que también quedaron en el Ayuntamiento. De vigilancia". Añade: "El público acogía, difundiéndolas rápidamente y dándoles las más variadas derivaciones, la versión de determinadas noticias que por la mañana empezaron a radiar las emisoras, informaciones que se exageraban y transformaban según el gusto y capricho de cada cual. Puede decirse que la ciudad vivió durante todo el día pendiente de los altavoces de la radio".

Baltasar Ragón ("Tres anys difícils de Guerra Civil")

To Top