“Desde luego, si hay una posibilidad de reformar la Constitución es ahora”. Es la opinión del expresidente del Congreso y nuevo presidente de la Comisión Constitucional, Jesús Posada, quien además piensa que este proceso debe acometerse sin fijar límites previos y con voluntad de llegar a consensos.
En una entrevista concedida a EFE justamente tras ser elegido presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, Posada ve factible abordar en esta legislatura la modificación de la Carta Magna por dos razones: que ningún grupo cuenta con mayoría absoluta y que, al mismo tiempo, existe una mayoría “clara” de dos tercios de la Cámara de partidos que él llama “constitucionalistas”.
Pero ese compromiso constitucionalista del PP, PSOE y Ciudadanos no excluye a su juicio a otras formaciones a la hora de forjar un nuevo pacto constitucional.
De hecho, él emplaza expresamente a Podemos a participar, porque a su entender el grupo encabezado por Pablo Iglesias puede hacer valiosas aportaciones.
Eso sí, para Jesús Posada el marco en que debería tratarse la modificación de la Constitución de 1978 tiene que ser el respeto a lo que denomina “espíritu constitucionalista”, y aunque se resiste a hablar de líneas rojas -“los límites, de ponerlos alguien, los pondrían los portavoces”, afirma- explica que hay algunas cuestiones sustanciales en el texto que no se deben cambiar.
Y no son otras que aquellas que los ciudadanos perciben como ideas básicas de la Constitución, esto es, la garantía de “un régimen de libertades” y un “régimen social” con unas Comunidades Autónomas que tienen poder ejecutivo.
“Algunas cuestiones importantes, pero no sustanciales, se pueden mejorar, pues claro que sí”, añade al explicar qué entiende él por el “candado” de la Constitución al que Podemos se refiere reiteradamente.
No obstante, advierte de que hay principios “que no se pueden abandonar” como el concepto de España como nación, la libertad o la igualdad de los ciudadanos.
PERCIBE BUENA VOLUNTAD DE LOS GRUPOS
Jesús Posada percibe “buena voluntad” entre los grupos ante la “oportunidad” -insiste en utilizar este término durante la entrevista- que se abre en esta legislatura para llegar a acuerdos, especialmente en la Comisión cuya presidencia acaba de ocupar.
Y lanza un mensaje dirigido a todas las formaciones políticas, incluida la suya, el PP, para conseguirlo: “Es una oportunidad, pero para eso se necesita pactar, y para pactar hay que saber que hay que ceder en algunas cosas para conseguir otras”.
De hecho, él tiene claro que en el Parlamento “todo ha cambiado” tras las elecciones del 20D y no sólo porque el PP esté en una “situación distinta” al haber perdido la mayoría absoluta.
Al PSOE le invita a no quedarse fuera si de verdad quiere “influir”, de Ciudadanos valora su “voluntad de llegar a acuerdos”, especialmente con el PP, y respecto a Podemos, del que reconoce que “quizá” esté “en otro punto”, cree que puede hacer incorporaciones a las leyes que se debatan en el Parlamento.
“Tienen que negociar. No lo veo fácil, pero sí veo buena voluntad en los grupos, a ver si encontramos el camino”, manifiesta Posada.
APUESTA POR UNA SUBCOMISIÓN PARLAMENTARIA
En el caso de la reforma constitucional, su receta consiste en primer lugar en “no empezar por los límites”, sino dejar que cada uno ponga encima de la mesa lo que quiere, y él se compromete a “intentar por todos los medios acercar posturas”.
Tampoco le gustaría “empezar por lo más alto” porque opina que cambiar la Carta Magna no es una tarea para “la próxima semana” ya que ahora “no es lo urgente” porque hay asuntos más importantes, como la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado.
Él piensa que lo conveniente sería dejar antes a los grupos un “período de rodaje” de unos meses porque el “buen momento” para encarar la reforma sería “cuando estemos un poco rodados”.
La fórmula más “acertada” a su juicio para hacerlo sería la creación una subcomisión parlamentaria, y advierte: “lo que sería fatal es que se tiraran los trastos a la cabeza antes de empezar”.
Por ello apuesta por dejar a los portavoces “unos meses de acercamiento” que permitan vislumbrar si “hay posibilidades”.
El presidente de la Comisión Constitucional admite que es conveniente ponerse manos a la obra para esta reforma, cuando menos a partir del dictamen del Consejo de Estado que en su día propuso una modificación de la Carta Magna limitada a cuatro puntos y que considera “un trabajo muy serio que se hizo francamente bien”.
Se trata de suprimir prevalencia del varón sobre la mujer en la sucesión de la Corona, incluir en la Constitución la enumeración de las Comunidades Autónomas, vincular el texto con la integración en Europa y reformar el Senado.
Posada remarca que no debe olvidarse que la Constitución del 78 tiene como su mayor virtud que “fue aceptada mayoritariamente por todos”, algo que la hace única en la historia del constitucionalismo español, donde las constituciones caían en cuanto cambiaba la mayoría parlamentaria que las había sacado adelante.
Por ello asegura que la reforma debe seguir este mismo precepto y tiene que contar con una “aceptación mayoritaria”, para lo que en principio cuenta con los tres partidos “constitucionalistas”, en referencia al PP, PSOE y Ciudadanos, que tienen “gran capacidad de llegar a un acuerdo”.
Pero Posada no olvida a otras formaciones, como Podemos y apunta que, a su juicio, “pueden perfectamente participar y no hay que en absoluto prejuzgar que su participación pueda ser negativa”, incluso aventura que podría hacer “aportaciones interesantes para todos”.
REFORMA SÍ, PERO PRESERVANDO EL ESPÍRITU CONSTITUCIONAL
El veterano diputado del grupo popular, que fue presidente del Congreso en la X Legislatura, admite que lo que más obsoleto puede haberse quedado del texto constitucional de 1978 son los “procedimientos” o la referencia a la estructura del Estado Autonómico que todavía no se había puesto en marcha.
Entre esos procedimientos que pueden cambiarse cita el establecido para convocar el debate de investidura y la repetición de elecciones en caso de falta de acuerdo, cuya redacción actual ha alargado el proceso de formación de Gobierno hasta casi un año.
“Hay muchísimas cosas que pueden mejorarse en la Constitución”, sentencia Jesús Posada que, no obstante, pide siempre preservar el “espíritu constitucional”.
Para este reto, el hemiciclo tiene una composición bien distinta de la que él se encontró en diciembre de 2011 cuando llegó a la Presidencia del Congreso debido a la irrupción de nuevas fuerzas políticas y a la disminución o desaparición de otras.
Ha habido un cambio y él cree que ha sido “para bien” y lo explica en los siguientes términos: “Los nuevos van viendo lo que es la actividad parlamentaria, que es una actividad interesante y van dándose cuenta de la importancia que tiene, y a su vez a los grandes partidos les ha hecho reflexionar que esto es muy importante, pero es en la calle donde están los ciudadanos”.
Porque, concluye su reflexión, “los ciudadanos tienen unas opiniones, esas opiniones hay que escucharlas y no se puede prescindir de lo que dicen los ciudadanos porque ya hayamos celebrado las elecciones”.