Terrassa

Una lección magistral

La compañía vasca Tanttaka Teatro estrenó en 1996 "El Florido pensil", una obra sobre la educación nacional católica de la posguerra en clave de humor. La iniciativa fue exitosa y al año siguiente se presentaba una versión en Catalunya a la que siguieron otras en años posteriores -en una de ellas participó el actor egarense Jaume Bernet- y también una adaptación al cine en el año 2002.

La obra de Andrés Sopeña tiene mirada masculina por lo que los productores de Anexa consideraron que también podría tener otra femenina. Se realizó la adaptación y se ha estrenado este 2016, coincidiendo con el veinte aniversario de su primera función y lo ha hecho con el mismo éxito o mayor que ya lograron los montajes anteriores capitaneados por el actor Pep Anton Muñoz.

"El florido pensil" para niñas llegó el domingo al Teatre Principal y cumplió con las expectativas. La obra de memoria histórica gustó, el trabajo actoral, liderado ahora por Lloll Bertran, obtuvo nota alta y el público, que llenaba el teatro, aplaudió durante y después de la representación.

El relato de Sopeña, dos décadas después, nos propone un viaje al pasado, a la educación del régimen franquista que aprovechaba para imponer su ideario político y también religioso. Y, además, por lo que se refiere a las mujeres implantaba las célebres clases de economía doméstica con el propósito de formar a la mujer en el rol de madre y esposa.

Educación sin concesiones
Por esta escuela de finales de los cincuenta acuden cinco alumnas de corta edad que proceden de entornos distintos y que se someten a esa educación sin concesiones. Pero son niñas y, por tanto, saben cómo hallar válvulas de escape para sortear el ambiente hostil. Así, sacan cuándo pueden su lado más imaginativo y creativo y hacen sus pequeñas travesuras, muchas de las cuales para dejar en ridículo a sus maestras.

Como ya ocurrió con "El florido pensil" para niños, el público acaba por encariñarse también de estas niñas que, como tales, reúnen todos los atributos de la infancia, desde la más pura inocencia hasta la sonrisa más feliz. Pero esta estima no sería posible sin el trabajo actoral que desprende cada una de las actrices y en su conjunto. Roser Batalla, Lloll Bertran, Victòria Pagès, Mireia Portas e Isabel Rocatti muestran una soltura envidiable y una compenetración de pies a cabeza. Todas se mueven como pez en el agua en el personaje de niñas pero también cuando asumen papeles de más calado. Rocatti está de maravilla en el papel del cura, Portas lo mismo en el de la inspectora falangista y Bertran por igual en la profesora de gimnasia.

Los productores han acertado por partida doble con este "Florido pensil" de mirada femenina. Por un lado porque supone recuperar la memoria histórica (eso siempre es bueno) y por otro porque las actrices hacen que esta lección sobre el pasado en las aulas se convierta en magistral.

“EL FLORIDO PENSIL”
Obra de Andrés Sopeña. Dirección: Fernando Bernués y Mireia Gabilondo. Intérpretes: Roser Batalla, Lloll Bertran, Victòria Pagès, Mireia Portas e Isabel Rocatti. Domingo, 6 de noviembre. Teatre Principal. 

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