En Terrassa se ha cortado el agua a miles de familias desde que comenzó la crisis. De la misma manera que los desahucios, al principio estos cortes eran invisibles. Pero con el tiempo empezaron a llegar casos a la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca).
Por este motivo en marzo de 2015 ocupamos la sede de la empresa privada que suministra el agua en Terrassa, la Mina d’Aigües. Su mala gestión y la tibieza del Ayuntamiento estaban permitiendo cortes de agua. Finalmente conseguimos el compromiso de que se pararían al solicitar la tarifa social, se avisaría antes para que las familias fueran a Servicios Sociales y se buscarían formas de mantener el agua a las familias vulnerables, aunque la vivienda fuera ocupada.
En julio de 2015 logramos que se aprobara la Ley 24/2015 catalana contra la emergencia habitacional que, entre otras cosas, obliga a las suministradoras a comprobar la situación familiar antes de proceder a un corte consultando con los Servicios Sociales. Si hay exclusión residencial queda automáticamente parado. Después de la aprobación de la ley, el Ayuntamiento creó la Oficina Municipal de Atención a la Pobreza Energética para atender esta problemática. La conclusión lógica de todo ello debería ser que actualmente no tendría que haber ni un corte de agua a familias en riesgo de exclusión ¿verdad?
Pues los cortes siguen. El mes pasado los que sufrieron esta gran injusticia fueron Rosa y Antonio.
Esta pareja de 56 y de 57 años vivía junto a sus hijas en una vivienda de alquiler, pero en el 2008 él y en 2014 sus hijas se quedaron en paro. Al perder su vivienda, terminaron durmiendo en un coche durante meses. Desamparados y sin respuesta por parte del Ayuntamiento, acudieron a nuestra asamblea. Es allí donde encuentran apoyo, siendo realojados en un piso vacío de un banco. Ahora negocian un alquiler social.
Pedimos explicaciones a Mina y al Ayuntamiento sobre el corte sin previo aviso a Antonio y Rosa, pero no hubo una respuesta clara. ¿Qué está pasando con los cortes de agua en nuestra ciudad?
Hemos detectado que Mina ha cortado el agua a varias familias sin intervención de Servicios Sociales. Esto es incumplir la Ley 24/2015, por lo que se debe multar a la empresa.
Pero Mina insiste en que no corta el agua a nadie y sorprende que, en los casos que hemos denunciado, se ha restablecido finalmente el agua. Esto es, claramente, por la presión de la PAH.
No obstante, pueden haber muchos más cortes que no pasan por la PAH. El problema es que en Terrassa no hay datos de ellos (parece que Mina no los pasa y tal vez al Ayuntamiento tampoco le interesa…).
¿Y si lo que realmente pasa es que sólo se solucionan los cortes que se denuncian, pero en cambio se sigue adelante con el resto? Esta táctica la ha usado el Ayuntamiento algunas veces, los bancos casi siempre y ahora parece que Mina hace lo mismo: "Si no vienen los de las camisetas verdes, el problema no existe".
Queremos dejar claro que no se trata de parar sólo los desahucios o los cortes que se denuncian. Hay muchos "Antonios y Rosas", ¡por lo que exigimos soluciones para toda Terrassa!
La verdad es que, a la gente de la PAH, Mina siempre nos ha recordado a los bancos: priman su negocio y no las personas. Tienen grandes intereses en torno a un derecho básico y sólo se mueven cuando presionamos.
El Ayuntamiento, además de sus errores y falta de valentía, no tiene control sobre Mina para garantizar que no se hagan cortes, y menos ahora que hay una guerra abierta con este tema en Terrassa y esta empresa se lo pone aún más difícil.
En cambio, la Taula de l’Aigua y su lucha nos recuerdan mucho a la nuestra. De hecho es la misma: una vivienda digna, lo es cuando se tienen los suministros básicos. No tenerlos, es como vivir en una cueva. Es de sentido común que todo el mundo debe tener acceso a los recursos básicos (vivienda, suministros, sanidad, educación, etcétera). Y si no disponemos de ellos hay que recuperarlos: movilizar la vivienda vacía para alquiler social, recuperar el suministro de agua para la ciudadanía, etcétera.
Todos necesitamos un techo y recursos básicos para vivir. Queremos una ciudad con derecho a la vivienda digna.
¡Tenemos derecho a luz, agua y techo!