Diari de Terrassa

Cuando no suena el teléfono

¿Cómo afronta esta etapa desde el punto de vista personal?
Como una muy buena oportunidad de volver a los banquillos en un club que aspira a cosas importantes. Yo siempre digo medio en broma que empecé casi como Guardiola. Con mi primer equipo como entrenador quedamos campeones en Tercera y subimos a la primera eliminatoria. Nos mantuvimos muy bien en el primer año batiendo muchos récords pero en la siguiente temporada me cesaron y no sólo como entrenador sino de todas mis funciones en el fútbol base y como director deportivo. Cuando acabó la temporada no me llamó nadie. Eso me cogió por sorpresa, no esperaba que después de lo conseguido ni siquiera apareciese en alguna quiniela. Cuando apareció el Martinenc, con poco margen de trabajo, te enganchas porque quieres entrenar. Y cuando acabé en el Martinenc me volvió a pasar lo mismo, no me ha salido nada hasta que me llama el Terrassa.

¿Tiene algún referente en los banquiillos?
Siempre he querido sacar cosas positivas de los entrenadores que he tenido. Me marcó mi primer entrenador amateur, Jaume Olivé, un maestro. Y otro que me influyó fue Ramon Maria Calderé, a quien tuve en el Badalona. Es uno de los entrenadores más completos del fútbol catalán.

Pues Calderé le abre las puertas del Terrassa con la victoria del Olot, su actual equipo.
Yo soy muy supersticioso. Y piensas que estas casualidades son por algo. También le diré que mi primer partido en Tercera con el Prat fue ante el Manlleu, igual que ahora. Y acabó con el ascenso.

¿Con qué se queda de su etapa como jugador del Terrassa?
Lo más extraño fue cuando después de la primera temporada fuí el único jugador que se quedó en la plantilla. Tenía 21 años y ya me querían poner el brazalete. Lo peor fue el partido de Málaga y no conseguir un ascenso que todos teníamos en la cabeza, incluso en la forma en que lo íbamos a celebrar. Recuerdo desde el primer partido en casa contra el Girona, que ganamos 1 a 0, a mi primer gol ante el Sabadell con el campo prácticamente lleno, o el último gol que se marca en la moqueta ante el Málaga que lo hice yo.

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