Con la fiesta de Todos los Santos llega también la costumbre establecida de degustar castañas y boniatos. El primer producto es uno de los que tienen mayor visibilidad en cuanto que se instalan puestos de venta en la calle, algunos de ellos como los de la Rambla y Portal de Sant Roc plenamente consolidados en el imaginario popular de estas fechas.
El origen de comer castañas -un producto de alto valor energético- se debe de que durante la noche de Todos los Santos, vigilia de los muertos, se tocaba a muertos sin parar hasta el alba. Amigos y parientes ayudaban a los campaneros en esta tarea y consumían castañas para no desfallecer y reponer fuerzas.
La degustación de castañas y boniatos vuelve un año en medio de un clima primaveral, casi veraniego al mediodía. "Nos comeremos las castañas en manga corta" es un comentario que se oye desde hace días y el mismo en los últimos años debido a que los otoños son muy cálidos.
Los primeros en celebrar la castañada, como es habitual, fueron los escolares. La mayoría de escuelas acogieron ayer por la tarde fiestas con música y danzas, e incluso algunos alumnos llevaban puesto detalles del ropaje clásico de la castañera. Los centros de esplai se unieron un año más para celebrar ayer por la tarde la castañada en el recinto ferial.