Tres semanas después de que Jordi Ballart denunciara en una entrevista a El Punt Avui haber sido víctima de amenazas, "anónimos, extorsiones en mi casa, llamadas, propuestas que infringen la ley" y acusara a Mina de "chantaje", el alcalde admitió en el pleno que quizá "pequé de imprudente sinceridad al explicar lo que estaba pasando".
Ballart explicó en el pleno que estudia la viabilidad de denunciar las presiones, que se han intensificado desde que ha apostado por la gestión directa del agua. "Estoy asesorado por los servicios jurídicos -dijo- y pendiente de una reunión con el máximo responsable de Mossos. Si con lo que tengo hay indicios, seré el primero en denunciarlo. No tengan dudas de que ante una prueba seré el primero en ir a la Fiscalía".
El alcalde respondía así al requerimiento del concejal de ERC-MES Carles Caballero, que pidió a la primera autoridad municipal que detallara las amenazas en sesión plenaria y explicara por qué no las había denunciado. "No es que no quiera dar explicaciones , pero quiero ser prudente", respondió Ballart, para a renglón seguido invitar a la oposición a que le apoye y denuncie.
"Las últimas semanas todos los grupos hemos estado sometidos a presiones y comentarios". Ballart pide un gesto colegiado "que ayude a clarificar esta estrategia por parte de grupos económicos para evitar que las decisiones se tomen en este pleno".
El jueves, el alcalde volvió a recibir el apoyo explícito de los grupos partidarios de la gestión directa y de su socio. Javier González, de Ciutadans, también dejó claro que, en el tema del agua, "no entopeceremos la acción del gobierno".