La sanidad pública catalana deja de considerar desde hoy que la transexualidad es una enfermedad y ya no requerirá el diagnóstico psiquiátrico de disforia de género para iniciar el tratamiento hormonal y la posterior intervención quirúrgica para cambiar de sexo.
El conseller de Salud, Antoni Comín, ha presentado hoy el nuevo modelo de atención a la salud de las personas trans que, según sus palabras, “despatologiza” la transexualidad y se convierte en el pionero en Europa en el que ya no será necesario acreditar un trastorno psiquiátrico para someterse a cambio de sexo.
El nuevo modelo aparta a la Unidad de Identidad de Género (UIG) del Hospital Clínic como centro de referencia, muy criticado por el colectivo transexual, y lo traslada al centro Trànsit, situado en el ambulatorio de Manso de Barcelona, que será la puerta de entrada y acompañamiento para todas las personas trans que quieran iniciar el tratamiento y el que se encargará de darle una visión integral.
Actualmente hay 437 personas en tratamiento para cambiar de sexo y cada año unas 93 nuevas piden iniciar el tratamiento hormonal, que ha de durar dos años, antes de entrar en lista de espera quirúrgica para operarse de cambio de sexo.
Según ha reconocido la directora general de Atención Sanitaria del Servicio Catalán de la Salud, Cristina Nadal, en el Hospital Clínic hay 155 transexuales en lista de espera, algunos desde hace más de seis años, para someterse a una vaginoplastia y otras 98 para una mastectomia desde 2011.
Comín ha explicado que el nuevo modelo de atención sanitaria “deja de considerar la transexualidad como una enfermedad porque es una realidad”, y ha asegurado que también tratará sin discriminaciones a los casos más complejos, como los de los menores, las trabajadoras sexuales, las personas con VIH o los inmigrantes.
Cristina Nadal ha reconocido que el modelo puede tener un efecto “llamada”, por lo que no ha podido cuantificar cuántas personas podrá atender el servicio Trànsit desde la atención primaria de la calle Manso, en la que trabajan un ginecólogo, un médico de familia, un enfermero, un psicólogo, un trabajador social y un administrativo.
Ellos serán la puerta de entrada a la sanidad pública de toda personas transexual sin necesidad de que acredite padecer un transtorno psiquiátrico por disforia de género.
Comín ha anunciado que en los presupuestos de 2017 han contemplado una partida de 250.000 euros para reforzar ese centro, que se creó en 2012 para asesorar a personas transexuales.
El nuevo modelo de atención a las personas trans en Cataluña incluye un plan de formación a profesionales sanitarios de todo el territorio y su paulativa expansión en función de las necesidades.
Nac Bremon, representante de la plataforma TransForma la Salud, ha agradecido el impulso de este nuevo plan, pero ha exigido al departamento de Salud que elimine la UIG del Hospital Clínic porque “en sus ocho años de existencia ha dejado un camino muy oscuro difícil de olvidar”.
El director del Hospital Clínic, Josep Maria Campistol, presente hoy entre el público, ha pedido la palabra para pedir disculpas al colectivo transexual si se ha sentido mal tratado en el Hospital Clínic y se ha mostrado partidario de cambiar el modelo al actual.
Comín ha asegurado que ningún transexual será tratado donde él no quiera y la UIG no formará parte de su proceso si él no quiere, aunque ha defendido el conocimiento de esta unidad a la hora de hacer las intervenciones quirúrgicas con sus “excelentes profesionales”
Entre las novedades del modelo, además de la no necesidad de definir y justificar la identidad de género, tampoco será necesario definir las preferencia sexuales de los afectados y el tratamiento se hará de forma consensuada y con “autonomía de decisiones” del transexual, que podrá fijar cuándo y hasta dónde quiere llevar su tratamiento.
La sanidad pública catalana garantizará sin ninguna discriminación las mastectomias, histerectomías, anexectomías, faloplastias y metaidoioplatias para los hombres transexuales, y la vaginoplastia, mamoplastia, orquiectomia y cricoidectomia a las mujeres trans.
Igualmente atenderá la solicitud de preservación de material genético, como tejido ovárico o los gametos, y permitirá el acceso al tratamiento bloquante y hormonal, en las diferentes fases de desarrollo puberal en los menores, dependiendo de cada caso.