Maribel Cuesta (Terrassa, 23 de marzo de 1985) era la jugadora más veterana de la plantilla de un Natació que ha visto crecer desde dentro. Una lesión en el hombro ha acelerado la retirada de la capitana, que se convertirá ahora en delegada.
¿Por qué ha decidido dejar el equipo con 31 años?
El año pasado sufrí una lesión crónica en el hombro. Entrenar y jugar era cada vez más duro. No sé si hubiera continuado sin la lesión, pero mi final estaba cerca. Antes, cuando iba a entrenar era el mejor momento del día. Ha llegado el momento en que no siento ya esa ilusión.
El suyo ha sido un trabajo sacrificado dentro del agua.
Sí. Defender la boya desgasta, pero también aportaba lo que podía en ataque. En los derbis con el Sabadell me encantaba defender a Maica García. Aunque hiciera lo que quería conmigo.
¿Cómo reaccionó Xavi Pérez cuando le dijo que se iba?
Me amenazó con llorar (ríe). Se lo dije el 31 de agosto. Intentó convencerme, pero me vio tan segura que desistió.
¿Tres bajas tan importantes de golpe afectarán al rendimiento del equipo?
No lo creo. Espero que no. Ha habido cambios, pero las jugadoras que han venido son grandes waterpolistas. Seguro que el equipo continuará en la misma buena línea de estos últimos años.
Una línea que les llevó a vivir dos ascensos y un subcampeonato copero.
Sí. Cuando yo empecé a jugar, hace quince años, no pensaba ni en broma en hacerlo en División de Honor. Subir a Primera ya fue un sueño enorme para todas. Fue algo fantástico. ¡Íbamos a viajar por toda España!
La piscina de Sant Feliu es su piscina talismán.
Sí, por supuesto. Allí vivimos el ascenso y también allí jugamos la final de la Copa de la Reina en nuestra primera participación en el torneo. Fue algo increíble. En semifinales hicimos un partidazo. Creo que nunca hubo un subcampeón tan feliz.
¿Es real esa imagen de amistad que transmiten?
Absolutamente. Somos amigas dentro y fuera del agua. Y así seguirá siendo. Yo seré la primera en apoyar al equipo. Para mí supone un placer enorme seguir vinculada al equipo como delegada.
¿Qué hará a partir de ahora?
Todavía tengo que asimilarlo del todo. Quiero viajar, dedicarme al trabajo, a correr. Y seguiré nadando. Será duro ver entrenar a mis compañeras. El otro día me fui al cine y pensé: ¿Qué hago yo un miércoles en el cine si debería estar entrenando?
