El expresidente de la Generalitat Artur Mas ha explicado hoy que está dispuesto a acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos si la Justicia española lo inhabilita por haber organizado la consulta del 9N de 2014, un proceso judicial que, en su opinión, hará aumentar el número de independentistas.
Después de que ayer la Fiscalía pidiera diez años de inhabilitación para Mas y otros nueve a las exconselleras Joana Ortega e Irene Rigau, Mas se ha mostrado convencido de que el juicio del 9N, que según sus cálculos tendrá lugar a partir de septiembre del año que viene, “debe servir para ensanchar la base soberanista”.
Los “escépticos” con la independencia, ha dicho, “tendrán una prueba de lo que es vivir en un Estado español que considera delito” la “enorme fiesta de la democracia” del 9N de 2014.
“Esto puede hacer abrir los ojos a mucha gente”, ha señalado en Catalunya Ràdio el expresidente de la Generalitat, que ha anunciado que piensa “dar la batalla en todas las instancias” judiciales, incluido el Tribunal de Estrasburgo.
“Si nos dan la razón en algún punto de este proceso judicial, habremos hecho un buen servicio a la democracia”, ha considerado Mas, que ha subrayado que, si se considera delito “escuchar a la gente y poner las urnas”, significa que la democracia española es “de bajísima calidad” y que “conviene mucho” tener un Estado propio.
Mas entiende que una hipotética inhabilitación quedaría sin efecto en caso de que Cataluña se desconectara de España y adoptara una “legalidad catalana” propia.
“Desde muchos puntos de vista sería muy bueno que la legalidad catalana fuera más moderna, con más sentido democrático”, ha dicho.
Antes del 9N de 2014, ha explicado, al entonces conseller de la Presidencia, Francesc Homs, le transmitieron que el Gobierno del Estado no actuaría contra la consulta si Mas se abstenía de comparecer en rueda de prensa al final del día.
Mas ha asegurado que en ese momento Homs ni le comentó ese ofrecimiento porque no se lo creyó, ya que el mensaje no provenía directamente de la Moncloa sino que habían “utilizado a una tercera persona”.
Pese a sus recelos iniciales a un referéndum unilateral, Mas ha defendido los planes del actual presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, de convocar uno en septiembre de 2017, que a diferencia de la consulta de 2014 tendría una pregunta directa de “sí o no” a la independencia y su resultado sería considerado vinculante.