El Festival TNT (Terrassa Nuevas Tendencias) se ha cerrado un año más con un éxito sin precedentes. El certamen, dedicado a presentar lo último en artes escénicas y dramáticas, ha presentado 31 espectáculos y 44 funciones. La gran mayoría de las obras en sala colgó el cartel de completo mientras que las acaecidas en la calle aglutinaron a un público muy numeroso y entusiasta.
La buena acogida se constata con cifras: un 97 por ciento de ocupación en teatros, 21 funciones (más de la mitad) con las entradas agotadas y listas de espera en las taquillas en casi todas las creaciones. Añadir también que ha habido cien profesionales acreditados de todo el mundo, incluso venidos de Estados Unidos y de Corea del Sur.
Para el director artístico, Pep Pla, el festival ha renovado su propósito que es ser una plataforma para visionar lo que se cuece en la escena contemporánea, atraer a muchos espectadores y ser un foco de proyección en la ciudad y fuera de ella. "Estamos muy contentos -manifestó Pla- porque el balance es muy positivo y, a diferencia de otras ediciones, en esta se vendieron muchas entradas anticipadas lo cual quiere decir que el festival se conoce, se aprecia su calidad y se valora la organización".
Entre los espectáculos de sala que más han triunfado hay cuatro: "Lagartijas al sol", de Luisa Pardo, ""L’effet de Serge", de Philippe Quesne; "Mos Maiorum", de Ireneu Tranis, Alba Valldaura y Mariona Naudin; y Birdie", de la Agrupación Señor Serrano.
De ruta
El Festival TNT arrancó el jueves con el espectáculo inaugural "4" de Rodrigo García prosiguió el viernes pero fue el sábado, día festivo para muchos, cuando tomó mayor visibilidad en la calle. Programa en mano recorrimos algunos de los espectáculos al aire libre. Empezamos la ruta en el Teatre Principal para participar en "Plácido Mo" de la actriz Magda Puig. La propuesta consistió en un paseo por algunos lugares de la ciudad. Un paseo, no obstante, diferente al que estamos acostumbrados. En este, una voz, a través de unos auriculares, nos iba contando mientras caminábamos la historia de unas personas que la crisis les había golpeado duramente hasta quedarse sin hogar.
Fue una nueva mirada sobre la ciudad que por ser sábado respiraba un ambiente festivo y, por qué no decirlo, consumista. Un ambiente del que ellos, los sin techo, también fueron un día protagonistas pero que ahora se han quedado totalmente al margen y han tenido que recurrir a la ayuda social.
Dejamos a Marta Puig y fuimos en busca de Quim Bigas y su espectáculo "Molar" en la Plaça Vella. Cambio total de pantalla o de xip, como prefieran. Bigas nos propuso reflexionar sobre la mercantilización de la felicidad. Lo hizo a través del baile y de la música y en algunos pasajes se acompañó del audio y de carteles donde ironizaba sobre este estado de ánimo. Salió la definición de felicidad pero también las jornadas y congresos que se hacen con este "leiv motiv", los libros y manuales de autoayuda, los autores-psicólogos y las eternas frases lapidarias. El bailarín, expresivo, derrochó una energía envidiable y en seguida se metió al público en el bolsillo. Con la sonrisa en los labios fuimos al encuentro de Toni Miras en los jardines de la bella Casa Alegre de Sagrera para sumergirnos en sus "Somnis robats". ¡Qué delicia! Este bailarín de larga trayectoria y también arquitecto, nos ofreció junto con Fàtima Campos, un bello espectáculo de danza en el que mezcló la realidad con la virtualidad. La obra está protagonizada por una pareja de ladrones que deciden entrar en una casa ajena y una vez dentro evocan los sueños que quedaron atrapados en muebles y en las paredes. Esta pareja de ladrones "buenos" nos brindaron treinta minutos mágicos. La coreografía, proyectada sobre la fachada del edificio, la que mira a los jardines, transcurrió placentera. Los "cacos" escalan las paredes, recorren el interior, abren las ventanas, buscan los tesoros y los muestran al espectador. Y en ese ir y devenir la fachada de la casa va tomando una ambientación cromática especial gracias a la fusión del movimiento y el vídeo. Los ladrones nos robaron la mirada y también el corazón. Y cómo soñar no cuesta nada nos dejamos seducir también por el viaje de sonido y color guiado por Anna Mestre y Ventura L. Kalász en el Espai G d’Art.